Vídeo: Michaela Kiersch encadena Era Vella, 9a, Margalef
Una productiva visita de 1 mes de Michaela Kiersch a Margalef culmina con su segundo 9a+, Víctima Perfecta, y con la escalada de Era Vella, 9a. Aquí está el vídeo de la 2ª.
En plena Riviera italiana, entre el mar y la montaña, se encuentran los 192 sectores de Finale Ligure.
Texto: Álvaro Lafuente
Fotos: Álvaro Lafuente, Andrea Palazzi, Andrés Falo, David Vicente (indicado en cada foto)
Las paredes finalesas se alzan con tonos blanquecinos y grisáceos sobre los frondosos bosques de un intenso verdor que tapizan las colinas, formando valles de grandes desniveles que mueren en la blanquecina arena de sus playas. Acantilados que caen al mar con castillos que los protegen desde su alto completan el territorio.
Tierra adentro, separado apenas 2 kilómetros de Finale Ligure, el ambiente medieval de Finalborgo nos da la bienvenida. Los bares, los aromas a “focaccia” y “farinata di cecci” de las panaderías, los restaurantes con olor a pizza y las numerosas tiendas de escalada y bicicletas colgadas por todos lados, dan ambiente a este pequeño pueblo amurallado.
Innumerables valles, desniveles, montes, bosques y paredes calizas se alzan llenando de magia este lugar. Un territorio que, sin saber muy bien por qué, se nos quedará grabado, y siempre lo recordaremos con ternura, tal vez por su brisa, por sus atardeceres, por el sonido del bosque, o por su tranquilidad.
50 años atrás se comenzaron a abrir vías de largos. Después la zona siguió la evolución de la escalada en todo el mundo durante el siglo XX, y los escaladores locales comenzaron a abrir rutas de deportiva, estilo que prima hoy en día.
La playa, los bonitos bosques y paredes, la calidad de su roca caliza, la posibilidad de realizar otros deportes como descenso en bicicleta, high-line, senderismo o espeleología, dan color y riqueza a la zona. La consecuencia es una gran mezcla de culturas, y hoy en día el lugar es frecuentado habitualmente por escaladores de muchas nacionalidades: italianos, alemanes, austriacos, suizos, franceses, checos…
La roca es caliza. Sus tonos blanquecinos se entremezclan con grises y naranjas. La lluvia y la cercanía al mar han esculpido bonitas formas en las rocas que permiten gran variedad de estilos: encontramos placas técnicas, largas vías de continuidad sobre agujeros, algunas pocas chorreras, desplomes y techos.
Es una escalada técnica, vertical y mantenida, con itinerarios que van desde 40 metros, o incluso más, hasta pequeños bordillos donde la fuerza explosiva será lo más importante. Hay varias paredes de más de 100m en donde encontraremos bonitas vías largas.
La dificultad media de la escalada ronda el quinto y sexto grado. Pero eso no quiere decir que no haya sectores con vías de séptimo grado y superiores. El grado máximo es 8c+, y cuenta con gran cantidad de octavos preciosos.
Lo bueno del lugar es que, por lo general, allá donde vayamos, encontraremos una gran variedad de sectores con vías de todos los grados. Con una excepción: si queremos ir a un sector con octavos, no será tan fácil encontrar en él vías por debajo del séptimo grado.
Podemos definir la escuela como el paraíso del quinto y sexto grado. Las vías son preciosas, las formas de la roca, los agarres, los recorridos de las lineas y los paisajes la hacen ideal como destino de iniciación.
Además, si nuestro grado ronda el séptimo o el octavo, disfrutaremos como enanos, ya que hay incontables vías de cinco estrellas.
Finale Ligure se divide en ¡192 sectores!, repartidos aproximadamente en 10 zonas y varios valles. Por lo tanto, hablamos de un lugar en el que el coche será totalmente recomendable.
Para ir de zona a zona habrá que hacer algunos kilómetros, e incluso entre sectores habrá que caminar bastante. Como podéis imaginar viendo las cifras, no nos va a faltar en donde escoger entre vías de todo grado, orientación e inclinación.
Las aproximaciones a pared no son cortas. Muchas de ellas superan grandes desniveles con caminatas que rondan los 20 minutos o más, pero a cambio los caminos son muy cómodos y bonitos; es un verdadero placer transitar por los frondosos bosques, pero cuidado: la gran cantidad de desvíos hacen que nos perdamos fácilmente, por lo que hay que estar atentos a los carteles informativos o señales que encontremos.
Añadimos a modo orientativo, clasificados por el grado que predomina, los sectores más característicos. Alguno de ellos son de cinco estrellas y merecen una visita obligada.
Desde La Jonquera hay 6 horas en coche. Finale Ligure es un buen lugar para hacer un parada si vamos a visitar Italia, ya que la autopista de entrada al país desde Niza pasa exactamente por aquí; de hecho, si nos fijamos, se ven perfectamente alguna de sus paredes a mano derecha transitando por ella.
Otra opción es volar a Milán o Turín. Desde allí, en coche, tenemos 2h y 1 h 30’ respectivamente.
Desde Milán se puede llegar en tren, y una vez en Finale, podemos alquilar una bicicleta para ir a los diferentes sectores (exige una buena condición física, por las importantes cuestas), o bien intentar ir a dedo. En ambas opciones hay que tener en cuenta que los sectores no están muy cerca unos de otros.
En furgoneta, de momento, se puede dormir perfectamente donde se quiera. De hecho se montan grandes aglomeraciones de furgonetas y autocaravanas en diferentes sitios. Si se prefiere también se dispone de camping. En el parking del cementerio hay que abstenerse de sacar la mesa y las sillas por la mañana. De momento no multan, pero si se lía mucho, algún día lo harán.
Advertencia para autocaravanas: las pequeñas no tendrán problema para acceder a todos los parkings de los diferentes sectores, pero en Monte Cucco la pista que accede al parking es estrecha y con desnivel, así que si la autocaravana es grande, es mejor aparcar en la carretera (tan solo 5-10 minutos andando). Para Roca Carpanea y Grotto di Perti es mejor aparcar pasada la iglesia y el castillo y andar 15 desde allí unos 15 minutos. Para el resto, en principio no hay problema.
Finale Ligure está pegado a otras poblaciones, como Borgio Verezzi (también hermosísimo pueblo) o Finale Pia, en donde también encontraremos hoteles, albergues, pisos para alquiler o campings.
Es posible escalar todo el año, aunque en verano es menos recomendable, y habrá que buscar las orientaciones favorables.
En invierno nos olvidaremos de disfrutar de la playa, pero podremos escalar al sol muy a gusto, incluso con calor.
Lo bueno de Finale es que dispone de numerosas orientaciones con todos los grados para escalar durante prácticamente todo el año. Para escalar 8c/+ tal vez mejor ir en épocas más frías, ya que a muchos sectores les da el sol de lleno y, por lo general, al sol, excepto en invierno, hace calor.
A finales de otoño y principios de invierno algunos sectores estarán mojados o habrá bastante humedad, ya que llueve bastante por esas fechas. A cambio, no habrá prácticamente gente escalando.
La mejor época será de febrero (buscando el sol) a principios de verano (buscando la sombra). Todo dependerá del tiempo que haga: el viento aquí es frío, y en un mismo mes podremos tener climatología muy variada.
En las fechas indicadas hay bastante más gente. Pero tan solo en dos o tres sectores famosos la cantidad de gente nos supondrá un problema para escalar; principalmente Grotta dell’Edera, que es pequeño y con pocas vías. El resto de sectores por lo general no se abarrotan y se escala tranquilo.
Aun así, la escalada se mueve por modas. Quizás este año, Finale se pase de moda y no vaya nadie, ¿quien sabe?
El pueblo de Finale Ligure es bastante grande y cuenta con supermercados, estación de bus y tren. En Finalborgo hay tiendas de escalada, por si algo se nos olvida o tenemos que sustituirlo, y también podremos encontrar establecimientos en donde alquilar bicicletas y buscar información para otras actividades.
En los bares de Finalborgo, cuando pides una birra, te ponen bastantes cosillas para picar que a veces ya te sirven de cena (recomiendo el Burgum). También cuenta con pizzerías (recomiendo pizzería tonino 2 y Cuki’s) y muchos restaurantes.
Imprescindible probar la “Focaccia” masa de pan dulce rellena de queso, jamon, verduras, o la normal, que solo lleva aceite y sal. Viene muy bien para llevarse a escalar. La Focaccia recién hecha y caliente está para morirse.
La “Farinata di cecci” (de garbanzos) es una masa que hacen con garbanzos, que también hay que probar.
Las pizzas, como solo ellos saben hacerlas, y los brioches rellenos acompañando a un buen cappuccino para desayunar, son algunos de esos pequeños grandes placeres de Italia que hacen la vida mucho mejor y más bonita.
Sitio muy bonito, con muchísimas y variadas vías de todos los grados. Los bosques y los colores de sus rocas os enamoraran, y el mar, sus playas, sus castillos, su historia, y sus pueblos harán de esta zona un lugar inolvidable.
Podéis adquirir la guía de escalada – que como imaginareis viendo el número de sectores, es un buen tocho - en cualquiera de las tiendas de escalada de Finalborgo. Eso sí: está disponible en varios idiomas, pero no en castellano.
Artículos más recientes
Deja tu comentario
Sé el primero en comentar este artículo.