Utilizamos cookies propias y de terceros para optimizar y posibilitar la navegación de la web, y a partir de tus hábitos de navegación poder mejorar nuestros servicios y ofrecerte una mejor experiencia de compra.

Obtén más información en nuestra Política de Cookies.

Portes Gratis
a partir de 49 €

Charlamos con Juanito Oiarzabal y Alex Txikon. Dos generaciones de alpinistas, la misma pasión por la montaña.

08 de Octubre de 2014  |  Deja tu comentario
Juanito habla de los viejos y los nuevos tiempos en el Himalaya, mientras Txikon anuncia una muy probable expedición invernal al K2 con Denis Urubko y Adam Bielecki.

Juanito Oiarzabal y Alex Txikon. Dos generaciones frente a frente

Coincidimos con Juanito Oiarzabal y Alex Txikon en la sede de su patrocinador, Adidas España, en la ciudad de Zaragoza, y charlamos con ellos durante un rato. Es algo muy distendido, no se trata de entrevistarles, pero como siempre, es un placer coincidir con dos alpinistas y personas como son ellos.

Juanito, nacido en 1956, cargado de experiencia tras 45 expediciones a lo largo de varias décadas, ha sido y sigue siendo un testigo privilegiado de la evolución del alpinismo y especialmente del ochomilismo a lo largo del tiempo, desde unas primeras expediciones exploratorias cuando la cordillera aún era un lugar remoto y parcialmente desconocido, hasta los actuales tiempos marcados por el boom de las expediciones comerciales.

Alex Txikon, nacido en 1981, pertenece a las generaciones de alpinistas vascos que tomaron el relevo de la generación de Juanito. En el caso de ambos, no es un relevo real, ya que han convivido juntos en el máximo nivel durante mucho tiempo.

Juanito está especialmente sereno, algo alejado del primer plano, pero disfrutando como siempre de la montaña. “Ya sabéis que soy guía UIAGM, y ahora me dedico principalmente a guiar, tanto en Pirineos como en Alpes, Aconcagua, Himalaya. Trekkings y ascensiones bajas al Himalaya, tresmiles, cuatromiles...ahora pronto iré con clientes al Aconcagua...sigo haciendo deporte todos los días del año, escalo, monte, esquí de travesía...”

Su vida sigue estando totalmente vinculada a la montaña. Si hay una palabra que le define como persona es alpinista. Sobre su proyecto 2x14 ochomiles nos dice: “Es un proyecto personal. Lo hago por ilusión. No tengo prisa, ni interés comercial. Si surgen las condiciones adecuadas, lo acabaré. He hecho 45 expediciones ya, y aunque tengo motivación, no voy a ir de cualquier manera.” Si consiguiera la cima del Nanga Parbat, Broad Peak, Shisha Pangma y Dhaulagiri, habría pisado al menos en dos ocasiones la cumbre de todos los ochomiles.

La charla transcurre entre anécdotas e historias que nos ayudan a entender el gran cambio sufrido por el montañismo en el Himalaya, del cual Juanito, tras 45 expediciones, ha sido testigo privilegiado.

“Puede que resulte extraño, porque ahora vemos esta montaña con otra perspectiva. Pero si tuviera que decir cual es la expedición que más he disfrutado en el Himalaya, diría que la expedición del 85 al Cho Oyu.

Era el año 1985. El Himalaya seguía siendo territorio de aventura y exploración, y el gobierno chino apenas daba permisos para sus ochomiles, al menos, como ocurrió con la norte del Everest, hasta que sus alpinistas no hubieran hecho la cima. Decidimos ir al Cho Oyu, que entonces era una montaña bastante desconocida, con una cima ascendida muy pocas veces hasta entonces.

Fuimos a Nepal, a cruzar la frontera por el Nangpa La, el paso que está encima del campo base del Cho Oyu, que a pesar de la nieve y el hielo, y de estar a más de 5.000m de altura, ha sido tradicionalmente un paso natural para las caravanas de nómadas entre Nepal y Tíbet. Así que llegamos al Nangpa La, empezamos a bajar, y al llegar al sitio en el que pensábamos instalarnos nos recibió el ejército chino, que nos devolvió a Nepal sin dejarnos ni descansar. Tuvimos la mala suerte de, entrando así al país, coincidir con una expedición del gobierno chino...

Así que volvimos, compramos cuerda en Namche Bazaar, y nos fuimos al lado del Nangpa La, en la parte de Nepal, a hacer como que abríamos una pared. Estábamos al tanto para ver si se iba la expedición china. Y un buen día unos nómadas que cruzaban con sus yaks nos dijeron que estaban abandonando la montaña. Y entonces cruzamos nosotros. Todo nos acompañó, y fuimos los novenos en conseguir la cima del Cho Oyu. Fue una expedición genial, en un Himalaya antiguo.

Si uno piensa lo que ha ocurrido después con esa montaña, y lo compara con lo que nosotros encontramos, y con lo que vivimos...”


Quizás él sea especialmente consciente del cambio, al vivirlo desde dentro. “No es sólo el cambio digamos deportivo, ni que lo que antes era exploración y aventura ahora, en algunos ochomiles, son caminos trillados. Es que para la gente, para el público, también está trillado. Mira lo que pasa en Euskadi. Antes había expediciones a los ochomiles continuamente, se seguían por la gente. Esta primavera no sé si ha habido alguna.”

Los retos alpinísticos en el Himalaya han cambiado, y la forma de afrontarlos también. Hace tiempo que Alex Txikon abandonó los caminos trillados en los ochomiles, buscando la dificultad y la novedad: intentos de primeras cimas invernales en ochomiles del Karakorum, intento de apertura de vías en el Kanchenjunga con Denis Urubko, Big Wall en las Torres del Trango...

Son caminos difíciles y poco cómodos. Para alguien como Alex habría sido relativamente sencillo (entendiendo esta afirmación en su justo término...) haber continuado con las expediciones "convencionales" a ochomiles, (Alex ha pisado en 12 ocasiones la cima de un ochomil, algunas de ellas en alpino por rutas complejas, muchas con Al Filo de lo Imposible, trabajando con Edurne Pasabán...). Pero decidió abandonar el camino "fácil".

“Es lo que me motiva. Aunque las posibilidades de éxito disminuyen en mucho, es lo que quiero hacer. Algo como la lucha que mantuvimos, trabajando todo nosotros, sin ninguna ayuda, en el Kanchenjunga este año, para abrir una vía nueva y técnica en la montaña...es verdaderamente inolvidable.” Y parece ser que así va a seguir. “Ya puedo decirlo: si puedo afrontarlo, principalmente económicamente, este próximo invierno es muy probable que vaya con Denis Urubko y Adam Bielecki a intentar la primera cima invernal de la historia en el K2.”

¿Por qué el K2?. “Bueno...es un reto. Tiene el hándicap, frente al Nanga Parbat, de la altura y la dificultad. Más de 8.500m en invierno y sin oxígeno...eso es mucho...el Nanga Parbat, con 8.100, es mucho más asequible y trabajas más tiempo a menor altura, mientras abres. Pero tiene alguna ventaja. Es menos desnivel. Es que el Nanga...son dos ochomiles, uno encima de otro. Y cuando vas ocurre que trabajas de una manera tremenda, consigues escalar y abrir más de 3.000m por terreno vertical, que en cualquier ochomil te habría dejado en la cima, y no has llegado casi ni a los 7.000m. Y eso en invierno supone que necesitas más de una semana de buen tiempo para subir y bajar, en el mejor de los casos, para hacer cima, por supuesto tras dos meses de trabajo.”

El Nanga Parbat y el K2 son los dos únicos ochomiles que no han sido ascendidos en la estación invernal. Es muy probable que Simone Moro, por tercera vez, intente el Nanga el próximo invierno. Denis, Alex, y el polaco Bielecki, tras su expedición al Kanchenjunga, volverían juntos al K2.

Mientras Alex habla, Juanito le mira, y finalmente afirma: ”Alex me recuerda mucho a mí cuando era joven. Esa ilusión, esa motivación, siempre buscando algo nuevo...”.

Juanito Oiarzabal y Alex Txikon. Dos generaciones de alpinistas, la misma pasión por la montaña.

Artículos más recientes

Comentarios

Para introducir un comentario debes identificarte en Barrabes.com. Haz click aquí para identificarte.
No existen comentarios para este artículo.