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Video. 6 meses para Tokio 2020: Adam Ondra y la escalada de velocidad

16 de Enero de 2020  |  Deja tu comentario
El checo y su entrenamiento específico para los Juegos Olímpicos.

Faltan 6 meses para que comiencen los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Cuando el Comité Olímpico decidió incluir en ellos la escalada como deporte oficial, optó por celebrar una sola prueba combinada, (velocidad, dificultad y búlder), en lugar de dividir medallas por categoría.

Este supuso un serio hándicap para los grandes, que inevitablemente, cuando abandonan la roca natural y compiten, optan por la prueba de dificultad o la de bloque, mientras que en la de velocidad participan especialistas en la misma que desbancan de los primeros puestos a todo no iniciado que se cruce en su camino. Y la medalla olímpica también pasa por hacer un buen papel en velocidad.

Por situarnos, el récord del mundo masculino está en poder el iraní Reza Alipour Shenazandifar desde 2017, con 5,48 segundos, mientras que, tras entrenar durante más de 1 año, Adam Ondra ronda los 7,50 segundos. El récord femenino es para la china Aries Susanti Rahayu, que el 19 de octubre de 2019 completó el muro en 6,995 segundos.

La escalada de velocidad: problemas, inconvenientes...y virtudes

En el mundo de la escalada, la velocidad tiene una consideración menor.

Pero tiene algo: es muy emocionante, altamente explosiva, rápida, se compite de 2 en 2 (uno contra otro en dos paneles exactos paralelos), con lo cual, además del interés por el tiempo general, está la tensión de ver quién llega antes en cada tanda. Además, es es muy fácil de entender para el gran público: el primero que llega gana.

La IFSC (Federación Internacional de Escalada Deportiva) y el Comité Olímpico Internacional pensaron que precisamente eso -emoción, velocidad, explosividad, tensión y sencillez- era lo que se necesitaba para atraer mucha gente de fuera del mundo de la escalada, y evitar que su parte competitiva se convirtiera en uno de esos deportes minoritarios de extraños sistemas de puntuación en los que el común de la población -independientemente de la belleza del mismo- se entera de quien gana cuando ve dar saltos de alegría al vencedor, porque no ha entendido nada.

Así que de repente los grandes nombres se encontraron conque, si querían tener opciones, tenían que prepararse en una actividad verdaderamente extraña para ellos. Algo así como si de repente se decidiera dar una medalla conjunta para los 3.000m obstáculos y los 100m lisos.

Y es que las características de la escalada de velocidad son muy especiales:

  • Se compite siempre en el mismo muro
  • Con las mismas presas
  • Con la misma ruta

En concreto, el muro (con dos calles paralelas idénticas) tiene:

  • 15 metros de altura
  • 20 presas de manos, siempre en los mismos lugares
  • 11 presas de pies, siempre colocadas en los mismos lugares
  • Todas las presas se fabrican con un molde cedido por la IFSC, y con el exacto mismo componente
  • Las presas son siempre de un color rojo brillante estandarizado.
  • El muro tiene un extraplomo de 5 grados
  • El panel (no las presas) tiene que ser gris claro estandarizado, cubierta con una resina de cuarzo con granulometría de 0.1-0.4.
  • Su grado es 6a+

Tan estricta regulación fue otro gran punto a favor que tuvo en cuenta el COI. Porque competir en indoor, y en tablones exactamente iguales hasta el último detalle, permite trascender a cada competición, y que los récords de tiempo pueden compararse, creando -a la manera del atletismo- la posibilidad de ser batidos: más emoción para el espectáculo.

En definitiva: que si bien para el mundo de la escalada la dificultad es la reina, la IFSC y el COI consideran que es probable que para el público en general lo sea la dificultad. Y, hablando de un espectáculo deportivo, eso ha sido clave en la decisión.

El entrenamiento y los problemas de Adam Ondra

Uno de los afectados fue el checo Adam Ondra. Probablemente el mejor escalador del mundo, cuando decidió apostar por la medalla olímpica, era consciente de que inevitablemente ello pasaba por entrenar muy duramente la velocidad.

Incluso, como cuenta en el video Adam Ondra, hay que adaptarse a cosas tan peregrinas como los problemas de uñas que surgen en una modalidad en la que, al correr tanto, son inevitables los fuertes arañazos con la pared.

Y por supuesto, conocer las tácticas: en estos momentos la más empleada es la llamada Reza, por el escalador iraní recordman mundial, en la que se ignora el movimiento 4, lanzando el 5 y ganando unas décimas.

“La velocidad tiene mucho que ver con la fuerza explosiva. Y desgraciadamente, eso no se trabaja escalando, sino con ejercicios específicos. Por primera vez en mi vida, he tenido que entrar en un gimnasio, y ha sido extraño”.

Ondra, que como confiesa en el video, no ve la hora de volver a “escalar de forma apropiada” de nuevo, ha encontrado una buena motivación: suele entrar con Rishat Khaibullin, especialista en velocidad de Kazajistán residente en la República Checa que, a su vez, también ha conseguido la clasificación olímpica. “Pensaba que se me haría más duro entrenar la velocidad, pero estar con Rishat me motiva. Ver cómo al ganar fuerza explosiva mejoran mis tiempos también ayuda. Pero se hace duro: mientras entreno, no puedo dejar de mirar los paneles y el campus...”

El año olímpico ha comenzado.

Adam Ondra y sus problemas con la velocidad. Foto: Adam Ondra
Adam Ondra y sus problemas con la velocidad. Foto: Adam Ondra

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