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Richards-Mena; Bielecki-Berg; Colibasanu-Hámor; resumen de las 3 expediciones en alpino a ochomiles

29 de Mayo de 2019  |  Deja tu comentario
Finalizan todas las expediciones que intentaban abrir nuevas rutas en alpino en ochomiles.

Esteban Topo Mena y Cory Richards, vivac en Everest. Foto: Richards-Mena, Facebook Richards
Esteban Topo Mena y Cory Richards, vivac en Everest. Foto: Richards-Mena, Facebook Richards

Esta temporada de premonzón en Nepal ha sido más seguida por el público en general que por el colectivo montañero en particular. Viene a ser normal: como decíamos el otro día, la foto de la cola del Everest es probablemente la primera imagen del mundo de la montaña que ha sido convertido en meme universal en las redes sociales, y las informaciones de los medios generalistas de todo el mundo sobre las expediciones han estado enfocadas en 3 temas: aglomeraciones, muertos, y basura.

El interés alpinístico en los ochomiles ha estado centrado en 3 expediciones: la realizada por Adam Bielecki y Felix Berg para intentar abrir nuevas rutas en alpino en el Langtang Lirung y la cara NO del Annapurna; el intento de apertura de nueva vía, también en alpino, por parte de Horia Colibasanu, Peter Hámor y Marius Gane, en el Dhaulagiri, y la apertura – también en alpino -, de vía en la norte del Everest por parte de Cory Richards y Esteban “Topo” Mena.

Las 3 expediciones han sido dadas por finalizadas, y en las tres los alpinistas han quedado lejos de cumbre. Todos ellos, sobradamente conocidos, pertenecen al selecto y pequeño grupo que puede afrontar algo así.

El tremendo esfuerzo que han realizado y los riesgos corridos durante sus intentos no han dado frutos, si lo miramos desde el punto de vista del éxito-fracaso habitual, no así desde el punto de vista alpino. Con mucha experiencia tanto técnica como en altura, son perfectamente conscientes cuando eligen algo así que las posibilidades de éxito son mínimas, y dependen de demasiados factores. Pero en general, en eso ha consistido el alpinismo a lo largo de sus historia.

Sirva este resumen como comparación con la facilidad con que cientos de cimas se suceden en el Everest por parte de personas mucho menos preparadas, incluso con nula experiencia, tras el trabajo de casi 300 sherpas y guías durante 2 meses, dejándo la montaña llena de cuerda fija, con los clientes usando oxígeno desde prácticamente el campo base, y acompañados por ratios de sherpas y guías de casi 2 a1 durante toda la ascensión.

Adam Bielecki-Felix Berg. Lantang Lirung-Annapurna


Ambos buscaban abrir una nueva ruta en la inmensa cara NO del Annapurna, que tan solo tiene una ruta abierta, y una ascensión: la realizada durante 5 días de 1985 por Reinhold Messner y Hans Kammerlander.

Cara NO del Annapurna. Foto: Adam Bielecki
Cara NO del Annapurna. Foto: Adam Bielecki

Además de la cumbre de Messner y Kammerlander, a lo largo de la historia ha habido diversos intentos de superar la enorme pared, todos infructuosos: Troillet y Steiner lo habían intentado un año antes, en 1984, en 1991 fue el turno para Slavc Sveticic, y ya en 2017, los mismos Adam Bielecki y Felix Berg, junto a Louis Rousseau y Rick Allen, ya probaron esta cara de la montaña, siendo detenidos por el mal tiempo a 6.700m de altitud.

Langtang Lirung. Foto: Bielecki, Berg
Langtang Lirung. Foto: Bielecki, Berg

Para aclimatar y poder escalar en alpino eligieron un reto por si mismo: los 7.227m del Langtang Lirung, cumbre no hollada desde 1995. De hecho podría afirmarse que, excepto por la altura, es tanto o más complicada que la cara NO del Annapurna. Una montaña con un triste recuerdo: en 2009, perdió allí la vida el gran alpinista esloveno Tomaz Humar, durante un intento en solitario.

En todo el tiempo que han pasado en el sietemil el mal tiempo se cebó con ellos, dejando la montaña convertida, según ellos, “en una ratonera”. Lo que no ha impedido que realizaran 3 incursiones muy técnicas; la más larga les permitió, en 30 horas non-stop, escalar 1.600m de desnivel por terreno muy comprometido y descender al base justo a tiempo para evitar la borrasca.

Adam Bielecki, Felix Berg, en Langtang Lirung. Foto: Bielecki, Berg
Adam Bielecki, Felix Berg, en Langtang Lirung. Foto: Bielecki, Berg

Pero finalmente las condiciones no permitieron que hicieran nada más, no solo en el Langtang Lirung, sino tampoco en el Annapurna. Son claras las palabras de Bielecki: “Tuvimos que retirarnos, y la nieve que no ha cesado desde entonces es prueba de que nuestra decisión fue la única decisión correcta. La meteo no nos ha dado la oportunidad de ascender la hermosa y difícil montaña que es el Langtang Lirung. Pero es que el Annapurna estaba igual o peor, y nuestra aclimatación no era la adecuada para afrontar una muralla como esa en alpino, así que nos vamos. Estoy decepcionado por no haber podido ni entrar al muro por el que tanto me he preparado durante dos años, y la expedición puede considerarse fallida desde un punto de vista deportivo. Pero el fracaso es madre del éxito, y por otro lado, hemos sobrevivido a una montaña muy rara y hermosa, hemos recibido una buena lección sobre lo que supone el estilo alpino en una montaña tan alta, todo ello vivido con un buen amigo. Y lo más importante: estamos vivos y de vuelta con nuestros seres queridos.

La expedición me ha hecho creer más en la aventura en zonas salvajes.”


Cory Richards-Esteban “Topo” Mena, Everest Norte


El estadounidense Cory Richards y el ecuatoriano Esteban “Topo” Mena también se han visto obligados a abandonar su nueva ruta en el Everest, tras un arduo trabajo y una larga espera en la montaña.

Realizaron varias incursiones por zonas cercanas para aclimatar, y se adentraron en la pared para examinar la zona y decidir por donde iban a ascender. Finalmente llegó la ventana de buen tiempo, y comenzaron a escalar. Superaron 2.000m de muralla, alcanzando los 7.600m, con precario vivac a 7.300m incluido, pero las condiciones les obligaron a descender, y 40 horas después de partir del campo base volvían a él.

Richards y Mena, en la incursión de exploración. Foto: Keith Ladzinski, facebook Richards
Richards y Mena, en la incursión de exploración. Foto: Keith Ladzinski, facebook Richards

“Un año entero de trabajo llega a su fin”, cuenta Cory Richards. “La meteo no nos permite realizar un último intento, así que Topo y yo empaquetamos y nos vamos a casa; comienza el proceso para estar de vuelta el año que viene.

¿Desilusionado? Desde luego ¿Decisión realista? Totalmente.”



Horia Colibasanu-Peter Hámor-Marius Gane, Dhaulagiri


Poco después de llegar al Dhaulagiri, el trío de alpinistas se dio cuenta de que iba a resultar muy difícil conseguir en estilo alpino su ruta, porque la aproximación a la escalada resultó ser una pesadilla que hizo exclamar al experimentado rumano que estaba “en la expedición más que había realizado nunca, por mucho”.

Dhaulagiri. Foto: Horia Colibasanu
Dhaulagiri. Foto: Horia Colibasanu

Llegar hasta la arista por donde habían soñado su escalada suponía escalar un muro vertical de hielo de 600 metros de altura; llevar hasta la arista el material que necesitaban para el intento en alpino les obligó a equipar ese muro: “Esto ha resultado ser un desafío extremadamente exigente. El esfuerzo de colocar tantos metros de cuerda en ese muro de hielo ha sido enorme. Además, las nevadas nos han obligado a limpiar de nieve una y otra vez.”

Trabajando en el Dhaulagiri. Foto: Horia Colibasanu
Trabajando en el Dhaulagiri. Foto: Horia Colibasanu

Fueron muchos días de lucha, teniendo en cuenta de que lo duro empezaba después: “allí empezaba el terreno desconocido”.

Al final, tras un trabajo muy arduo de más de un mes, solo pudieron alcanzar los 5.600m en su intento. Con un esfuerzo tremendo. Algo que da idea de la gran diferencia entre una forma y otra de entender la montaña. Superaron el muro y la chimenea de hielo, y les fue imposible preparar más campamentos, así que apostaron por el estilo alpino en el resto, pero la ventana de buen tiempo necesaria para algo así, de unos cuantos días, no llegó en ningún momento, y hace una semana anunciaron su vuelta a casa.

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