La escalada en hielo de primero de cordada no es una actividad abierta a cualquier escalador.
El riesgo está siempre al acecho, pues los condicionantes que rodean al escalador de hielo son numerosos. En primer lugar hemos de tener en cuenta la calidad del hielo, pues se trata del terreno en el cual nos vamos a desenvolver.
La calidad y textura del hielo varÃa enormemente de zona a zona y de temporada a temporada.
Las temperaturas, la altura, la orientación de la cascada, el emplazamiento de ésta o la época del año son algunos de los condicionantes que pueden afectar a la calidad del hielo.
Según ello nos toparemos con diversidad de hielos. No podemos decir que el hielo es siempre el mismo, nos engañarÃamos. Hielo cristalino, hielo plástico, hielo costra o podrido, hielo azul o hielo glaciar son algunos ejemplos de ellos. Cada cual se desarrolla en un terreno diferente y formándose de acuerdo con los condicionantes mencionados anteriormente.
El escalador de primero de cordada en una vÃa de hielo ha de disponer de los conocimientos necesarios tanto en técnica como en reconocimiento del terreno que le pueda facilitar la escalada dentro de unos buenos márgenes de seguridad.
El primero de cordada ha de colocar los seguros en hielo con el fin de que le ofrezcan protección y seguridad. Asà mismo ha de ser capaz de instalar las reuniones necesarias durante la escalada al final de cada largo.
Tal proceso es siempre expuesto y dispone de riesgos, pues la resistencia de tales seguros va a depender en gran medida de la calidad del hielo.
Tipos de hielos
Cascadas
Las cascadas de hielo (hielo de fusión) son el ejemplo más común
cuando hacemos referencia al concepto clásico de escalada en hielo.
En cotas de altura baja hallaremos cascadas de hielo cada invierno,
dependiendo de las condiciones, y variando en cuestión de tamaño y
grosor. Una combinación de nieve, agua, calor y frÃo, que con la consabida
fórmula proporcionan el perfecto terreno de juego. El frÃo congela el agua o el calor derrite la nieve transformándola en agua para a
continuación volver a congelarla gracias a las bajas temperaturas. Año
tras año se repite el ritual. En las cadenas montañosas de altura considerable
podemos hallar cascadas de hielo incluso en épocas estivales,
sobre todo en zonas sombrÃas o protegidas por rocas.
El grosor del hielo va a depender de la cantidad de agua aportada,
influyendo ésta también en el grado de inclinación de la cascada. Dependiendo
de las temperaturas el hielo se congelará de manera rápida
o bien de forma escalonada. Si después del primer enfriamiento el flujo
de agua continua la cascada irá aumentando de grosor. La calidad de
tal hielo va ahora a depender de tales grados de enfriamiento. Las diferentes
capas de agua congelada se irán consolidando en la cascada a
veces de manera rápida y en otras ocasiones de forma lenta. A temperaturas
muy frÃas encontraremos hielo cristalino o duro y a temperaturas
bajas veremos hielos blandos o húmedos. Tal calidad de textura influirá
durante la colocación de nuestros seguros. También dependiendo del
terreno que forma la base de la cascada nos hallaremos con desplomes
o techos. Asà mismo formaciones tipo carámbanos o hielo chandeliere
se formarán en consonancia del ángulo de la cascada. Las columnas
de hielo también ofrecen una buena oportunidad para la escalada. El
principal componente con respecto a la seguridad es comprobar que la
base de la columna se halla totalmente anclada al suelo, con el fin de
prevenir que ésta se desplome al primer golpe de piolet.
En ocasiones podremos escalar pequeñas columnas a pesar de no tocar
el suelo. Si ello es asà hemos de comprobar que la parte superior de
la columna es segura y se halla perfectamente anclada a la pared. La
progresión es siempre precaria y la posibilidad de colocar seguros en tal
situación es siempre delicada (foto 2, escalando en columna de hielo).
Glaciares
El hielo que nos ofrecen los glaciares es normalmente sólido. Un hielo
permanente y viejo y que nos permite escalar prácticamente durante
cualquier temporada del año.
Corredores
Los corredores ofrecen buenas posibilidades de escalada en hielo.
Siempre situados entre paredes rocosas, los corredores nos permiten
incluso el lujo de emplazar seguros en la piedra. El hielo también varia
en calidad. Algunos corredores son permanentes y son el resultado del
deshielo de glaciares superiores o colgantes.
La progresión en corredores y canales siempre ha de hacerse con cautela,
debido ello a la posibilidad siempre latente de caÃdas de piedras,
hielo o nieve desde cotas superiores. La escalada intentaremos hacerla
siempre cerca de roca, pues ello nos facilita el emplazamiento de seguros
en la piedra y nos aleja un poco de la posible caÃda de escombros en
el centro del corredor (foto 3, escalando en el corredor del Diamante).
Mixto.
Durante la escalada mixta emplearemos las técnicas desarrolladas durante
la escalada en roca y aquellas especÃficas de escalada en hielo.
Los seguros serán variados abarcando desde los clásicos tornillos de
hielo hasta los parabolts. En ocasiones el hielo será fino y difÃcil de
proteger, sobre todo en techos y desplomes. La escalada de primero de
cuerda en terreno mixto requiere de una buena preparación técnica y
mental (foto 4, escalando en mixto).
Material
El material para la escalada en hielo es muy variado. Los piolets hoy en
dÃa son curvos facilitando con ello el golpe y el gancheo en cascadas
verticales o desplomadas. El empleo de dragoneras es opcional. En
vÃas de varios largos el empleo de correas es aconsejable, pues la pérdida
de una herramienta puede complicar nuestra aventura. En corredores
o cascadas de poca inclinación los piolets muy curvos son menos
prácticos que aquellos más rectos. Los crampones también disponen
de una gran selección.
Aquellos más especÃficos para escalada mixta y aquellos más destinados
para hielo vertical. Sea cual sea la elección es importante que nos
hagamos con su uso. Los tornillos de hielo disponen de varios tamaños,
destinados a cubrir los diferentes grosores. La base común es la de
disponer de grandes estrÃas y de una manivela que facilite la colocación
y extracción en el hielo.
Las cintas disipadores son aconsejables durante la escalada en hielo,
pues ayudan a absorber el golpe en caso de caÃda. Siempre necesarias
después de salir de la reunión. Las cuerdas dobles son más prácticas
y seguras durante la escalada en hielo pues ayudan a disipar el rozamiento
y facilitar el mosquetoneo. La cuerda simple puede ser empleada
siempre y cuando la vÃa ofrezca unos seguros en lÃnea y carentes de
grandes rozamientos.
Es conveniente que el material lo repartamos bien ordenado en el arnés.
Son muy útiles los ganchos portatornillos pues nos ayudan en el
reparto del material ganando en orden, tiempo y rapidez. Es muy importante
que mantengamos el material de escalada siempre limpio y afilado
preparado para realizar la actividad (foto 5, listos para iniciar el largo).
Montaje de reuniones
Las reuniones en hielo siempre han de ser muy sólidas y disponer de
al menos dos tornillos de hielo. Según la calidad del hielo emplearemos
más o menos seguros, eso sÃ, siempre empleando triángulos de fuerza.
El primero de cuerda ha de elegir un buen emplazamiento para la reunión,
si es posible aprovechando repisas en el hielo.
Los tornillos han de colocarse separados unos de otros con el fin de no
debilitar el hielo y si es posible en la vertical unos de otros.
Recordemos que el hielo suele romperse en bloques, de ahà la necesidad
de distanciar tales seguros. Mientras colocamos el primer seguro
de la reunión podemos colgarnos o asegurarnos a uno de los piolets. Una vez colocado el primer seguro nos ataremos a él para a continuación
finalizar la reunión.
Si empleamos tres tornillos los colocaremos en lÃnea y triangulados con
una cinta o cordino de reunión. El centro del triangulamiento lo anudaremos
para evitar extensiones en el sistema en caso de que uno de los
seguros saltase (foto 6, reunión triangulada con tres tornillos).
En hielos buenos podemos emplear dos tornillos rematados con un piolet.
Para ello colocaremos los dos tornillos en lÃnea y en vertical y el
piolet de remate a uno de los lados.
A continuación triangularemos todos los seguros con una cinta o cordino
de reunión y al final anudamos el centro principal de la reunión, con
el mismo fin de evitar posibles extensiones en el sistema (foto 7, reunión
triangulada compuesta de dos tornillos y un piolet).
También es posible instalar reuniones mixtas empleando para ello columnas
de hielo o árboles existentes en la pared. Si disponemos de roca
accesible desde el hielo mucho mejor para instalar los seguros de la
reunión. Para ellos podemos emplear clavos de roca, fisureros o friends
en combinación con tornillos y piolets.
En la foto 8 podemos ver una reunión formada por un clavo de roca, un
tornillo de hielo y un piolet.
Los tornillos podemos colocarlos de acuerdo con un ángulo positivo,
neutro o negativo con respecto a la pared. El ángulo neutro o perpendicular
a la pared es el más empleado y el cual ofrece una buena resistencia
a la extracción.
En pequeñas repisas el tornillo también ofrecerá una buena resistencia.
Si ello es asà hemos de tener la precaución de evitar que el mosquetón
se halle al borde de ésta, y si es necesario o extenderemos con una
cinta.
En hielos buenos y con tornillos de grandes estrÃas es posible colocar
éste en un ángulo negativo, esto es, 10 o 15 grados hacia abajo con
respecto a la perpendicular. Las pruebas demuestran una mayor resistencia
a la extracción.
En la foto 9 podemos ver un tornillo bien colocado (arriba), uno mal colocado
(Izquierda) y otro tornillo en el cual le hemos colocado una cinta
para evitar el brazo de palanca (derecha).
Una vez en la reunión aseguraremos al compañero de manera dinámica,
con plaquetas o nudo dinámico. Hemos de evitar aseguramientos
estáticos que puedan afectar de manera negativa la seguridad de la
reunión.
Cuando salgamos de la reunión para iniciar el siguiente largo colocaremos
un seguro lo antes posible, para evitar posibles factores de caÃda
de grado 2. Una cinta disipadora ayuda en gran medida a evitar tal peligro
(foto 10, cinta disipadora saliendo de la reunión).
Colocación de tornillos de primero en cuerda
Durante el transcurso de los años las éticas y técnicas han cambiado en
relación a la colocación de seguros y empleo de piolets. Cuál de ellas
es mejor o más aceptable va a depender enteramente del escalador. No
es lo mismo escalar una escalada de hielo de un largo, cerca del coche
y con buen tiempo que escalar una vÃa de varios largos, con mochila, a
30 grados bajos cero y lejos de la civilización. En unas ocasiones será
necesario colgarnos de una de las herramientas para descansar y asÃ
colocar el seguro y otras veces iremos sobrados de energÃa y no nos
será necesario ni siquiera emplear las dragoneras.
Hace un par de años me encontraba escalando una cascada de primero
de grado W6 en las Rocosas de Colorado. El séptimo tornillo estaba a
medio metro de mis pies, de repente, a medida que golpeaba el hielo
con mi crampón derecho el bloque de hielo en el que se hallaba el tornillo
se rompió y se cayó, quedándose colgado del seguro siguiente. El
corazón empezó a palpitar como una locomotora. El tirón de la cuerda
fue grande pero no me tiró. Sin pensarlo más, coloqué otro tornillo a
la altura de mi cintura y a tirar para arriba. El susto fue grande, pero la
serenidad me ayudó en aquellos momentos.
La colocación de tornillos de primero de cuerda es una maniobra sencilla
pero que requiere de conocimientos y un poco de tiempo y paciencia.
Es necesario colocar los seguros de acuerdo con la dificultad de la
vÃa, de nuestras opciones fÃsicas y de la calidad del hielo. Como norma
general la distancia del cuerpo es una buena medida para distanciar
seguros, sobre todo en vÃas verticales. Recordemos que la calidad del
hielo va a dictar tal distanciamiento. En hielos de buena calidad podemos
distanciar más los seguros que en aquellos hielos de poca calidad
o dudosos.
Otra vez más la experiencia nos ayudará a facilitar tal decisión.
Antes de colocar el tornillo en el hielo intentaremos visualizar el lugar
elegido para tal evento. Si es posible intentaremos colocar el seguro en
alguna pequeña repisa o la zona de mejor hielo. Si es necesario picaremos
el hielo blando superficial hasta encontrar buen hielo.
Empezamos clavando el primer piolet (en este ejemplo el izquierdo) y
del cual nos mantendremos colgados de la mano o bien ayudados de la
dragonera. El brazo lo intentaremos mantener más bien estirado para
evitar cansancio. Ante de clavar el segundo piolet (en este ejemplo el
derecho) picaremos un poco el hielo en el lugar en el cual hemos planeado
colocar el tornillo.
Clavamos el segundo piolet (derecho). Colocamos la cinta express o
disipadora en el regatón del piolet y pasamos la cuerda de escalada. De
tal manera permaneceremos asegurados en polea mientras realizamos
la maniobra de colocación del tornillo (foto 11, piolets y cuerda).
Manteniendo la mano izquierda estirada empezamos a enroscar el tornillo
en el hielo con la mano derecha (foto 12, enroscando el tornillo).
El tornillo lo introduciremos hasta el final, con el fin de evitar posibles
palancas y ángulos peligrosos. Si es necesario picaremos un poco el
hielo para ayudar al mosquetón a reposar en el hielo.
Finalmente simplemente trasladaremos la cinta express o disipadora
del piolet al tornillo, listos para continuar el largo (foto 13, cuerda en el
tornillo).
Una maniobra simple pero que necesita un poco de práctica. Reconocer
el hielo y su calidad no es algo que se aprende de un año para otro. Es
necesario disponer de paciencia y no precipitar nuestra ansiedad. Una
caÃda de primero de cuerda en hielo es peligrosa. Los tornillos son resistentes,
en el laboratorio. En el hielo es otro cantar. Si el hielo es bueno
y duro, bien. Pero si es malo, o hemos colocado el tornillo en una bolsa
de aire, o en capa mojada por agua, es otra historia.
Como siempre un buen juicio y entrenamiento.