Hemos realizado en las últimas semanas un repaso sobre los diferentes tipos de termoformado de las botas de esquÃ, tanto para esquà de montaña como para esquà alpino. No queremos redundar demasiado en lo evidente, pero conviene aclarar la importancia de un ajuste perfecto de la bota al pie no solo por criterios de confort, aunque reconocemos que estos son básicos, sino también por cuestiones técnicas, ya que una adaptación perfecta permite un esquà más fluido y una mejor transmisión del movimiento del cuerpo hacia las tablas y una correcta propiocepción del terreno.
Dicho esto, hemos hablado de los termoformados de Salomon y de Atomic en los que las carcasas se introducen en un horno especial que alcanza la HDT (Heat distortion temperature, temperatura de distorsión térmica) exacta de esa bota para permitir una adaptación por calor sin llegar a provocar daños en el conjunto de la carcasa o del botÃn.
Hemos insistido en la importancia de que cada bota tenga su horno especÃfico debido a que los aditivos que se añaden al componente principal de la carcasa, que habitualmente es poliuretano, no obtendrÃan el resultado óptimo si utilizáramos otro horno o método de calentado que no alcanzara esa temperatura exacta. En caso de no llegar a la HDT no se podrÃa adaptar la carcasa y en caso de pasarnos, crearÃamos daños estructurales que impedirÃan su uso.
Asà pues, surge la duda de si existe la necesidad de termoformar toda una carcasa cuando realmente los puntos de presión en los que es necesario amoldar el rÃgido poliuretano son unos pocos: el talón, el tobillo, la zona de los metatarsos y, ocasionalmente, el apoyo de la tibia en la caña. Ciertamente podrÃa pensarse que para qué someter a la bota completa a un proceso de alta temperatura para luego terminar adaptando solo uno o unos pocos puntos de presión. Tal vez serÃa más adecuado someter solo al proceso de calentado a aquellas zonas en las que lo vamos a necesitar.
En esta lÃnea pensaron los ingenieros de Nordica, que se pusieron manos a la obra para crear un sistema de termoformado en el que solo se moldearan aquellas zonas en las que fuera necesario hacerlo, evitando someter al resto de la bota a las altas temperaturas necesarias para alcanzar la HDT.
El proceso es diferente a lo visto hasta ahora por tres razones:
- El calor se aplica exclusivamente a zonas concretas, aquellas en las que el termoformado es necesario, evitando calentar el conjunto de la bota.
- El proceso de termoformado es realizado emitiendo energÃa infrarroja. no con un horno, utilizando la radiación en vez de la convección para aplicar el calor a la bota.
- El proceso incluye ventosas que crean una convexidad, aliviando de este modo la zona de presión.
Nordica ha llamado a este sistema Infrared. Al igual que hemos comentado con otros métodos, cabe recordar que el sistema solo es aplicable a las botas Nordica con la tecnologÃa Infrared ya que aplicarlo en otros modelos o marcas implicarÃa someter a las botas a un proceso que podrÃa dañarlas sin obtener ningún beneficio a cambio. Sin embargo, las botas con tecnologÃa Infrared sà que se pueden meter a un horno de termoformado, aunque no sea recomendable más que en caso de urgencia ya que ese método supone someter innecesariamente a un proceso de stress al plástico que no se va a termoformar.
La radiación infrarroja es un tipo de energÃa electromagnética que se emite en una longitud de onda imperceptible al ojo humano, aunque sàque lo podemos percibir en forma de calor. Entre las ventajas que permite este sistema respecto a otros similares como los hornos de convección o la aplicación de calor mediante aire es la de poder hacerlo de un modo exacto sin riesgos de sobrecalentar la zona y centrando muy bien el área a termoformar.
Como ya hemos mencionado, el sistema aplica radiación infrarroja solo en los puntos donde es necesario realizar una adaptación y esta se realiza sin que haya que tener el pie metido dentro de la bota, ya que las ventosas de succión hacen la labor de crear una leve convexidad en la carcasa previamente calentada mediante infrarrojos.
Marcados los puntos de presión o en los que se experimentan incomodidades, ya no hace falta calzar la bota en el resto del termoformado. El proceso de calentado dura 6 minutos, mientras la máquina irradia energÃa infrarroja sobre la zona concreta a moldear. Este tiempo está calculado para una bota de poliuretano de 4 milÃmetros de grosor, de modo que en caso de grosores superiores es habitual dejar algo más de tiempo actuando a la máquina hasta un máximo de 10 minutos.
Una vez realizado el calentado, la aplicación de las ventosas de succión absorben aire durante 3 minutos de un modo muy suave y progresivo, lo que da forma a la carcasa creando una ligera convexidad. Esa deformación del material rÃgido permite crear más espacio en el interior de la bota que es el que permite que ya no se sientan las zonas de presión.
Existen diferentes tipos de ventosas según el área a termoformar, de modo que se pueda realizar la adaptación del modo más exacto que sea necesario colocando las más grandes en áreas más generales y las más pequeñas en aquellos puntos donde sea necesario un moldeado más preciso.
Aunque el proceso habitualmente solo se realiza una única vez, es posible que en caso de lesiones posteriores o problemas inadvertidos la primera vez sea necesario realizar de nuevo el termoformado. No existe ningún problema en realizar varias veces el termoformado ya que el poliuretano utilizado no tiene efecto memoria y por lo tanto no vuelve a la forma original ni la deformación debilita su estructura molecular.
El sistema Infrared de termoformado de Nordica está disponible en todas las tiendas Barrabes. Te invitamos a que te acerques por ellas para ajustar tus botas con precisión exacta a tus pies.
Tienda web: www.barrabes.com
Tiendas Barrabes: Barcelona, Benasque, Jaca, Madrid O'Donnell, Madrid Ribera de Curtidores, Zaragoza.