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Material duro de escalada: cuidados y mantenimiento

Mosquetones, aseguradores, poleas, bloqueadores, friends... los utilizamos en cada escapada y conocemos su resistencia, nos han resistido caídas, golpes y un trato no demasiado cuidadoso. Parecen ser irrompibles y en condiciones correctas de uso, virtualmente lo son. Sin embargo, unos mínimos cuidados y un periódico mantenimiento harán que nuestro material metálico aguante en perfectas condiciones mucho más. Te explicamos cómo hacerlo.

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El material duro también precisa algo de mantenimiento

Ya explicamos en el artículo sobre mantenimiento de cuerdas cómo realizar una limpieza correcta de los elementos textiles en general y de las cuerdas en particular. Nos pareció esencial explicar cómo cuidar estos materiales en apariencia tan delicados como los hilos de poliamida y restos de polímeros utilizados en escalada. Además hay una especial sensibilidad en el colectivo montañero sobre el trato a las cuerdas y material textil. Sin embargo, sobre el "material duro" de escalada, los componentes de aluminio y acero, parece que cae el descuido más absoluto.

Tener que explicar la vital importancia de que el material de escalada esté en perfecto estado de uso, independientemente de que sea textil, plástico o metálico, es algo que creemos innecesario por obvio hasta que compartes material o te paras a observar cómo se encuentra la equipación de la cordada de al lado.

Decir a estas alturas que es importante que un dispositivo de levas (friend) no se quede encasquillado, que un mosquetón no puede quedarse abierto o que hay que limpiar un bloqueador si se ha quedado con suciedad en su interior, es algo que todo el mundo comprende pero poca gente corrige. ¿Será tal vez por desconocimiento sobre su cuidado? Vamos a poner remedio en ese caso.

¿Cuánto puede durar un aparato metálico para escalada?

La vida útil no está limitada en los productos metálicos. Esto no quiere decir que podamos seguir utilizando un mosquetón, polea, friend o bloqueador indefinidamente, sobre todo si tiene elementos plásticos o textiles (manivelas, tiradores, cintas…) en su composición. Lo que significa que la vida útil no esté limitada es que, en ausencia de desgaste por uso o de afecciones externas como corrosión o marcas de golpe, el metal sigue manteniendo su resistencia y sus prestaciones iniciales.

Y es que precisamente por su finalidad para la escalada, el material que usamos está permanentemente expuesto a los golpes contra la roca, los impactos de las caídas y al desgaste por el roce con la cuerda. Si a estos inconvenientes para la durabilidad añadimos el de la suciedad que genera abrasión e impide el correcto funcionamiento, podemos ir restando tiempo de vida útil a nuestro material.

Las microfisuras tras una caída del mosquetón

¿Has oído hablar de las microfisuras en el metal tras una caída? ¿Eres de los que no se molesta en buscar un conjunto express o un mosquetón en el suelo si se te ha caído desde la reunión? Bueno, pues tal vez estés tomando una mala decisión al abandonar un material que, salvo daños estructurales evidentes, puede seguir teniendo uso.

Pit Schubert en su Volumen III de Seguridad y Riesgo pone el clarificador título de “El cuento de las microgrietas” a un apartado en el que explica que tras una caída en pared del mosquetón, este puede seguir utilizándose “siempre y cuando el cierre funcione perfectamente”.

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Fallo en el funcionamiento de un mosquetón. En este caso, el gatillo no cierra por suciedad en su interior.
De hecho, en el Volumen II realiza la siguiente llamativa afirmación:
Uno puede tranquilamente lanzar su descensor de ocho pared abajo - si es que resulta demasiado incómodo para llevarlo a cuestas -, el único problema es que después, dependiendo de la altura de la pared, habrá que buscarlo durante más o menos tiempo. Ante una acción violenta como la que pudiera parecer al tirarlo desde lo alto, un ocho no puede presentar microfisuras.

Ante estas sorprendentes afirmaciones y por si hay alguien que no conozca a Pit Schubert, ingeniero mecánico de profesión, ofrecemos una breve pincelada sobre su aportación a la seguridad en los materiales de montaña: aparte de sus trabajos en la industria aeronáutica y espacial, fue director de la seguridad de DAV (Deutscher Alpenverein) y miembro de la Comisión de Seguridad de la UIAA desde 1973 hasta 2004, los ocho últimos años como presidente de la misma.

Los materiales

Los elementos metálicos más habituales en la equipación de un escalador son dos: aluminio (generalmente aluminio 7075 o zicral) y acero, bastantes veces incluso, combinados en un mismo dispositivo. Las exigentes euronormas (EN) y las normas UIAA fijan mínimos muy estrictos para la resistencia del material metálico, por lo que podemos estar seguros de su fiabilidad en el tiempo. Sin embargo, un mosquetón que se queda con el gatillo abierto o un friend bloqueado en el momento de emplazarlo puede darnos un susto gordo.

El material metálico de nuestra equipación no requiere una conservación extraordinariamente cuidadosa. Mantenerlo limpio y seco suele ser garantía de durabilidad. En el caso habitual de llevar otros componentes como polímeros o textiles, habría que añadir además el alejarlo de radiación ultravioleta y de fuentes de calor, así como evitar el contacto con los ácidos y ser muy cuidadoso en las sustancias utilizadas para su limpieza.

Revisión y mantenimiento periódico

La revisión del material metálico de escalada es sencilla. Notar que las partes móviles oponen cierta resistencia o, en el peor de los casos, quedan bloqueadas es un síntoma inequívoco de necesidad urgente de mantenimiento. Igualmente, observar suciedad o la simple precaución tras un periodo de tiempo prudente sin limpieza, debería ser motivo de revisión.

El material de escalada no debe ser desmontado por el usuario, debiendo dejar este proceso a los centros de revisión autorizados siempre y cuando sea necesario. Nuestro mantenimiento personal se limita a eliminar la suciedad y comprobar el perfecto funcionamiento del material.

La limpieza del material metálico con partes móviles es un proceso sencillo de realizar y que consta de cinco partes:

1. Retirada de elementos sólidos:

La acumulación de partículas sólidas en el interior de un mosquetón, friend o dispositivo de aseguramiento tiene a la tierra como indiscutible protagonista. Otros elementos como hojas o ramitas tienen menos incidencia ya que por tamaño tienen menos posibilidad de acceder al interior de nuestro material y, en caso de que suceda, son relativamente fáciles de localizar y quitar.

La arenilla que se deposita en el interior del material es peligrosa por acelerar enormemente el desgaste por fricción (ojo aquí a las cuerdas sucias) y por entorpecer o incluso llegar a bloquear el funcionamiento de las partes móviles de un mosquetón o bloqueador. El magnesio no suele ser un problema (su dureza es una de las más bajas en la escala de Mohs), pero también es suciedad y conviene eliminarlo.

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Suciedad (tierra y magnesio) acumulada en el interior de un Grigri.

Normalmente, un trapo fino, una bayeta de microfibra o un bastoncillo de algodón suele ser suficiente para retirar la suciedad; a veces un cepillo pequeño y suave facilita las cosas. En lugares de muy difícil acceso puede utilizarse aire comprimido del que se utiliza en la limpieza de componentes eléctricos o equipos de fotografía, pero suele ser prescindible, además de innecesariamente caro. Un secador de pelo con la boquilla estrecha puede hacer una función similar sin tener que gastar dinero.

Normalmente, con este proceso ya estaría terminada la limpieza, sin embargo, en algunos casos particulares será necesario realizar un lavado. Los mosquetones no suelen ensuciarse demasiado ya que su contacto normal sería con la roca y no con la tierra; los dispositivos de aseguramiento tampoco deberían de tener problemas pero la realidad es que la cuerda en su interior es su gran agente de importación de arena y polvo. Los dispositivos mecánicos de levas (friends) debido a su gran número de piezas y a su utilización dentro de fisuras y grietas suelen ser los grandes perjudicados por la suciedad.

Atención especial al material utilizado en barranquismo y sobre todo en espeleología. Los componentes en suspensión en el agua y el barro del suelo suelen terminar depositados en mayor o menor medida en nuestro material; es conveniente retirarlos en cuanto sea posible. La humedad del entorno provoca además una aceleración en la corrosión de los elementos metálicos que conviene vigilar.

Juan Corcuera
Bloqueador usado en barrancos con inicio de oxidación. Foto Juan Corcuera.

2. Lavado:

El polvo, la arena más fina o la sal, en el caso de haber tenido contacto con agua marina, son elementos que hay que retirar inmediatamente de nuestro material. Desgraciadamente, lo intrincado de los mecanismos de escalada, suele ser un refugio perfecto para la suciedad más pertinaz y, al igual que explicamos en el artículo sobre mantenimiento de cuerdas, es necesario realizar un lavado para eliminarlo.

Utilizaremos un recipiente con agua templada, que no sobrepase los 30ºC, al que le habremos añadido una pequeña cantidad de jabón con pH neutro. Sumergido el aparato o el mosquetón en el agua jabonosa, accionaremos los mecanismos repetidamente para permitir la salida de la suciedad.

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Lavado de material metálico de escalada.

3. Aclarado:

Una vez que nos hayamos asegurado de que no queda suciedad, utilizar agua corriente y limpia sin presión para el aclarado. Debemos asegurarnos de que no quedan restos de jabón.

4. Secado:

En el proceso de limpieza, el secado debe ser particularmente metódico. Una bayeta seca de microfibra o un secador de pelo que expulse el aire a temperatura ambiente (evitar el calor si hay elementos textiles) realizan la función de secado a la perfección. Vigilar especialmente las partes internas de los dispositivos. Es importante no dejar húmedo el material antes de guardarlo para evitar problemas de corrosión u oxidación de piezas.

5. Lubricado:

Un proceso importantísimo para la longevidad de nuestro material con mecanismos metálicos es el del lubricado. Evitar la fricción entre piezas móviles y su consiguiente desgaste nos permite utilizar nuestros aparatos metálicos durante más tiempo y en mejores condiciones. Sin embargo, es un proceso que genera bastantes dudas. ¿Cómo se realiza? ¿Cualquier lubricante vale? ¿Cuánta cantidad de lubricante es necesaria?

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Friends bloqueados por mantenimiento deficiente o inexistente.

La cantidad de lubricantes para piezas de metal en el mercado es apabullante. Obviamente, en el mundo industrial la especificidad de productos puede llegar a abrumar al indeciso, pero incluso en el específico mundo deportivo, con las bicicletas como referente de material que precisa de mantenimiento exquisito y constante, podemos encontrar una variedad increíble de productos.

Sería interminable explicar los diferentes lubricantes y su uso recomendado; aceites, ceras, grasas, pastas… la variedad es inabarcable en un artículo de estas características. Afortunadamente, el uso en el material de montaña es poco cambiante, de modo que nos ahorramos explicar lubricantes que no son útiles en montaña y vamos a centrarlo mucho.

Para material en escalada en roca utilizaremos preferentemente aceites (lubricantes líquidos) para que sean de más fácil aplicación en el interior de los dispositivos y, a ser posible, con base de teflón (PTFE, politetrafluoroetileno) para que con sus propiedades antiadherentes reduzca la fricción lo máximo posible. Estos aceites son conocidos en el mundo del ciclismo como dry lube o lubricantes para seco; además de su capacidad de penetración en el mecanismo a lubricar, tienen la ventaja de repeler la suciedad por su propia composición. Como aspectos negativos, los lubricantes líquidos con base de teflón no tienden a ser demasiado duraderos y no es especialmente bueno contra la humedad, si bien esto no debería de afectar demasiado en escalada en roca.

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Aplicación de lubricante en un friend. Foto Metolius.

Al contrario, por su resistencia a la humedad e incluso al barro, utilizaremos los lubricantes con textura más densa - los wet lube o lubricantes para húmedo - en el material móvil para barranquismo o espeleología, incluso para corredores de nieve o escalada en hielo. El inconveniente de este tipo de lubricantes densos es que, por su consistencia, atraen con más facilidad la suciedad en suspensión del aire.

Para aplicar el lubricante solo tendremos que asegurarnos de que el material está completamente seco, abrir bien la parte a lubricar (que el bote tenga una boquilla alargada y estrecha ayuda bastante) y aplicar una pequeña cantidad de líquido. Retirar el sobrante con un trapo limpio y accionar varias veces los mecanismos para asegurarnos de que el lubricante llega bien a todas las partes.

Por ser referente en el mundo de la escalada artificial y por su conocimiento perfecto de los friends, copiamos el consejo que David Palmada "Pelut" nos dejó en el artículo que escribió sobre friends híbridos

Lavarlos con agua y jabón, con un pincelito intentar sacar toda esa arenilla que se suele emplazar en los sistemas de muelle y demás, después debemos soplarlos con aire a presión, a poder ser, finalizando con un buen engrasado. En este caso debemos tener cuidado con el lubricante que pongamos, porque los de base aceitosa pueden dañar las cintas de dynema. A título personal recomiendo engrasante a base de cerámica líquida, a los cuales, una vez secos, no se les adhiere la suciedad, y además no mancha.

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David Palmada, “Pelut”, colgado del Alien azul.

El grabado del material metálico

Ciertos escaladores, sobre todo de la vieja escuela o los que provienen del sector industrial, tienen querencia a grabar con algún distintivo como nombre, iniciales o un símbolo, su material metálico para identificarlo sin problemas en el habitual trasiego de cintas, mosquetones y aseguradores durante una escalada.

El grabado de material de seguridad no es recomendable: se corre el riesgo de alterar la resistencia al modificar el producto aunque sea de un modo en apariencia superficial. Por supuesto, procedimientos como el estampado o la utilización de un punzón están más que desaconsejados en cualquier material de escalada. Solamente algún fabricante admite la utilización de lápices grabadores siempre que se realice en el cuerpo principal del elemento o dispositivo y la marca no sea más profunda de 0,1mm. Desde aquí, recomendamos marcar el metal solo con rotuladores permanentes, más rápidos, sencillos y seguros, o utilizar una cinta adhesiva.

Malas prácticas con el "material duro"

Para terminar este artículo, además de los cuidados y mantenimientos explicados para el material, vamos a enumerar una serie de accionar que no hay que realizar con nuestro material:

  • No golpear contra objetos duros como rocas para sacudir el material.
  • No utilizar mangueras de alta presión. Podría desplazar o dañar los mecanismos internos de los aparatos.
  • No limpiar productos de escalada con mecanismos internos o con partes plásticas en el lavavajillas.
  • No lavar con agua salada.
  • No utilizar desengrasantes industriales o domésticos para la limpieza. Son demasiado potentes y afectan seriamente a la resistencia de los polímeros como poliamida, poliéster, policarbonato o poliestireno que encontramos en dispositivos de aseguramiento, conjuntos express, friends o en el cierre de algunos mosquetones.

Esperamos haber aclarado dudas y haber ayudado a saber cómo cuidar tu material para que te dure mucho más tiempo en perfectas condiciones de seguridad.

Tienda web: www.barrabes.com
Tiendas Barrabes: Barcelona, Benasque, Jaca, Madrid O'Donnell, Madrid Ribera de Curtidores, Zaragoza.

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