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Vida en grandes paredes (II)

Segunda parte del artículo Vida en grandes paredes. La escalada en grandes paredes es una de las actividades más aventureras y complejas del mundo del alpinismo. Es allí en donde convergen todas aquellas técnicas y planteamientos logísticos empleados durante la escalada en roca y la escalada en terreno alpino.
Segunda parte del artículo Vida en grandes paredes. La escalada en grandes paredes es una de las actividades más aventureras y complejas del mundo del alpinismo. Es allí en donde convergen todas aquellas técnicas y planteamientos logísticos empleados durante la escalada en roca y la escalada en terreno alpino.

CUERDAS FIJAS Y ASCENSO POR CUERDAS

La instalación de cuerdas fijas siempre es una tarea delicada. El primero de cordada ha de tener una idea clara con respecto a seguridad durante la escalada del largo. Cada vez que realiza una travesía, supera un techo o coloca un seguro ha de pensar en su compañero cuando a éste le toque subir por esa cuerda fija. Ha de tener en cuenta la posibilidad de malos rozamientos de cuerda que puedan poner en peligro la integridad de la cuerda cuando el compañero ascienda con los jumars.

Para evitar en lo posible tales peligros el primero ha de intentar mantener la cuerda alejada de aristas o resaltes afilados, ha de colocar seguros de manera que guíen la cuerda en una buena dirección y al mismo tiempo facilitar al compañero las maniobras de ascenso. En travesías será necesario que coloque los seguros cerca unos de otros de manera que el segundo no se sienta obligado a pendulear o saltar de mosquetón a mosquetón.

Una vez en la reunión el primero atará la cuerda al punto central del triángulo de fuerzas con reenvío a otro punto de la reunión. Con el fin del minimizar el impacto sobre la reunión, y siempre que sea posible, la cuerda podemos anudarla al último seguro por debajo de la reunión con un nudo ballestrinque (foto 4, cuerda anudada a la reunión y al seguro por debajo de ella).

Ahora la cuerda está lista para que el compañero pueda subir. En vías en las cuales dejamos cuerdas fijas instaladas en la pared el trabajo de mantenimiento es más fácil. Una vez que descendemos desde la reunión podemos instalar fraccionamientos de cuerda en puntos de la pared arriesgados o bien colocaremos protectores de cuerda (foto 5, fraccionamiento de cuerda).

Estos son muy prácticos y protegen la cuerda muy bien, sobre todo los que disponen de velcro.

Existen varios sistemas de ascenso por cuerdas. El más sencillo y popular en grandes paredes es el siguiente:

- Colocamos dos ascensores en la cuerda, con mosquetones de seguro.

- Al ascensor de arriba (derecha) le atamos un extremo de una cinta de bandolera. El otro extremo lo atamos a los dos anillos del arnés empleando para ello un nudo de alondra. La distancia adecuada de tal cinta es aquella que colgados en un desplome somos capaces de agarrar el ascensor manteniendo el brazo ligeramente angulado. Si el brazo está extendido es mala señal. Tal cinta podemos sustituirla por un probador, el cual es fácil de ajustar.

- Al ascensor de abajo (izquierda) le atamos un extremo de una cinta de bandolera. El otro extremo lo atamos al anillo central del arnés, empleando para ello un nudo de alondra. La distancia de ésta cinta no ha de ser tan precisa que la empleada en el ascensor de arriba. En el mismo mosquetón de seguro del ascensor colocamos un estribo o cinta larga para el pié.

- El proceso ahora es sencillo. Nos cargamos en el pie del ascensor de abajo mientras deslizamos el ascensor de arriba. Descansamos en éste, subimos el ascensor de abajo y repetimos la maniobra (foto 6, colocación de puños ascensores en la cuerda).

Tal sistema de ascenso nos permite progresar por la pared de manera rápida y autónoma a través de techos, desplomes y otras configuraciones de la roca (foto 7, ascensión con puños en pared). En travesías de cuerda hemos de prestar atención a los ángulos de tracción de los ascensores con respecto a la cuerda. Para evitar que la cuerda se pueda salir del ascensor seguiremos los siguientes pasos:

- Colocaremos un mosquetón en el orificio superior del ascensor, pasando la cuerda por dentro de él. De éste modo evitaremos que la posible torsión de la cuerda pueda abrir la leva del ascensor con la consiguiente pérdida de la cuerda.

- Colocamos una cinta exprés o un probador en la cuerda directamente atada a nuestro arnés, obligando de tal manera a que la cuerda se oriente hacia nosotros. Tal cinta ha de ser corta con el fin de facilitar el ángulo y el desplazamiento de los ascensores (foto 8, moviéndose con ascensores en travesía).

En techos y desplomes podemos colocar los dos pies dentro del pedal con el fin de facilitar el impulso durante la ascensión.

PENDULOS

Los péndulos facilitan la conexión de fisuras o líneas de progresión proyectadas durante nuestra escalada. El primero de cuerda subirá hasta el punto del péndulo desde el cual será descolgado por el compañero hasta la altura deseada. Una vez allí se desplazará por la pared, de manera pendular, hasta alcanzar el punto deseado. En la mayoría de las ocasiones el primero seguirá subiendo un poco más, hasta que casi se encuentre en la horizontal respecto al punto del cual realiza el péndulo.

Tal maniobra facilitará la progresión del segundo de cordada. Antes de correr por la pared de manera incontrolada, el primero de cuerda ha de bajarse hasta encontrarse por debajo del punto al cual desea alcanzar. De tal manera una vez que comience a correr por la pared dispondrá de cuerda suficiente que le facilite alcanzar tal punto. Durante tal maniobra el escalador ha de recoger los estribos y mantener el material ordenado en el arnés o cintas de bandolera. Así mismo ha de tener precaución cuando corre por la pared en el caso de que no pueda alcanzar el punto deseado y ahora se vea obligado a correr en dirección contraria, en lugar de rozarse por la pared como si fuera un petate.

El segundo de cuerda ha de realizar las siguientes maniobras a la hora de seguir un péndulo:

- Primeramente soltará el petate de la reunión de manera controlada, ayudándolo a desplazarse con la misma cuerda o con un cordino auxiliar.

- Una vez fijada la cuerda de escalada, el segundo subirá con los ascensores hasta el punto del péndulo. El extremo de la cuerda lo ataremos al arnés.

- Una vez alcanzado el punto del péndulo él segundo se anclará a éste con una cinta o probador y pasará los ascensores al otro lado de la cuerda, la que se dirige al compañero en la reunión.
- La cuerda por la que subió con los ascensores hasta el punto del péndulo ahora se haya floja. En ella colocará un descensor con un sistema de autoseguro si se desea.

- Comenzará a descender al mismo tiempo que los puños ascensores se tensan automáticamente guiándonos hasta la vertical de la reunión en la que se encuentra el compañero. Durante tal maniobra seguiremos los principios de seguridad aplicados durante la progresión en travesía con puños ascensores (foto 9, descendiendo desde el punto del péndulo. Los puños nos guían hacia la vertical).

- Una vez en la vertical del compañero el segundo se desatará la cuerda de escalada, la recogerá pasándola a través del punto del péndulo y seguirá progresando con los puños ascensores hasta alcanzar la reunión.

A pesar de sus apariencias es una maniobra sencilla y fácil de realizar. Simplemente requiere de práctica y atención, igual que ocurre en otras maniobras de cuerda.

IZADO Y DESCENSO DE PETATES

El izado del petate es la maniobra más dura de aquellas realizadas durante la escalada en grandes paredes.

¿Por qué? Pues porque siempre cargamos demasiado material y equipo. A veces por necesidad y a veces por temor. El resultado es un petate (o petates) de gran peso.

Una vez en la reunión confeccionaremos un triangulo de fuerzas específicamente destinado para subir el petate (foto 10, reunión triangulada).

Pasaremos la cuerda por la polea y recogeremos la cuerda sobrante. Una vez que el petate se halle colgando de la cuerda realizaremos los siguientes pasos:

- La cuerda se pasará por una polea con freno, con el fin de facilitar la retención del peso del petate.

- En la cuerda contraria a la del petate colocaremos un puño ascensor y el cual ataremos a nuestro arnés mediante el empleo de una cinta plana o probador. Nosotros nos mantendremos unidos a la reunión a través de la cuerda de escalada, dejándola un tanto floja, para facilitar la maniobra. Podemos emplear un segundo punto de seguro empleando para ello una cinta larga de reunión o un probador.

- Si nos encontramos en una reunión colgada nos subiremos a los dos estribos, con el fin de conseguir una mejor plataforma de trabajo. A continuación subiremos el puño ascensor y nos cargamos en él con el fin de izar el petate. Repetiremos la maniobra con ritmo pero sin olvidarnos de tomar un respiro. Durante los primeros metros de izado deberemos de mantener un poco de tensión en la cuerda para ayudar al puño a subir. Una vez que dispongamos de un poco de cuerda extra la podemos dejar caer para crear un poco de peso y así deslizar el puño con facilidad (foto 11, sistema simple de izado. El puño irá conectado al arnés).

- Si el petate pesa demasiado podemos colgarnos del puño ascensor y tirar con las manos hacia arriba de la cuerda del petate, a modo de contrapeso. Es una maniobra práctica la cual deberemos de reforzar añadiendo una cinta con mosquetón de seguro a la reunión, en caso de que la polea se rompa. Hoy en día podemos emplear poleas de rescate profesional diseñadas para contrapesos, más seguras que las empleadas hace años.

- Si aun así el petate todavía es demasiado pesado podemos desmultiplicar el polipasto. Para ello podemos colocar un puño encarado hacia abajo en la cuerda del petate. Le colocamos una polea simple por la cual pasaremos la cuerda y la dirigimos hacia arriba pasándola por un mosquetón a modo de reenvío. A continuación colocaremos el otro puño en la cuerda de la cual tiraremos como hicimos en el ejemplo anterior (foto 12, sistema desmultiplicado de polipasto).

Una vez que el petate ha llegado a la reunión lo ataremos a ésta con un nudo de anclaje o cinta de reunión (foto 13, petate en reunión).

El peso del petate va a depender de nuestro tipo de logística de cara al tipo de ascensión. Cuanto más ligero mejor, pero a veces ello es complicado. El agua ocupa el mayor porcentaje en cuanto a peso. Es necesaria y cuesta dejarla atrás. Comida, equipo de vivac y vestimenta terminarán por llenar el petate.

Un bote que nos sirva de retrete y la hamaca completarán la carga. Incluso en épocas estivales la vestimenta ha de tomarse en serio.

Son muchos los rescates efectuados en el Capitán debido a las tormentas de verano que han dejado a los escaladores empapados e hipotérmicos en pleno meses de verano, a causa de mal equipamiento.

En ocasiones es cómodo transportar la hamaca abierta en la pared. Debido a la dificultad de algunos largos éstos requieren de mucho tiempo para su finalización. Si además la pared es vertical y carece de repisas puede ser muy conveniente asegurar desde la comodidad de la hamaca de pared.

Una manera práctica de transportar la hamaca abierta y el petate juntos es el estilo de “bandera”. Para ello atamos el petate al final de la cuerda, como de costumbre.

A continuación anclamos la hamaca a la cuerda mediante el empleo de unos cuatro mosquetones: dos en los extremos, uno en el centro y otro con los tirantes de la hamaca. La hamaca estará lista para ser empleada una vez que alcance la reunión (foto 14, petate y hamaca en estilo “bandera”).

Para descender con el petate emplearemos una técnica muy usada en maniobras de autorrescate:

- Extendemos el descensor y mosquetón de seguro con una cinta plana anclada a nuestro arnés con un nudo de alondra.

Colocamos un nudo autobloqueante en la cuerda por debajo del descensor y cerca de nuestro arnés, anclándolo con un mosquetón de seguro.

- Colgamos del descensor el petate de manera que el peso recaiga sobre la cuerda y no sobre nuestro arnés (foto 15, sistema de descenso de petate).

- Ahora simplemente descenderemos con el petate situado delante nuestro y entre las piernas, con total control de él.

Una vez que alcancemos la siguiente reunión de rapel podemos atar el petate a la reunión mediante el empleo de nudo dinámico con nudo de fuga, empleando para ello un cordino auxiliar.

El objetivo de tal es el de poder soltar el petate con facilidad al inicio del siguiente rápel. Si colgamos el pesado petate directamente de un mosquetón nos resultará difícil quitarlo y pasarlo a la cuerda del rapel.

Otra opción puede ser la de emplear un gancho fifi para colgar el petate en la reunión, con un refuerzo de una cinta con mosquetón por si las moscas.

MONTAJE DE VIVACS

Es la mejor parte del día. Un cafecito y trozo de salchichón después de una jornada dura de escalada. Si disponemos de repisas naturales, mucho mejor. Es conveniente estudiar la vía antes de aventurarnos a ella, estudiando largo tras largo y repisa tras repisa. Si es posible dejar la hamaca en el coche, también mejor, menos peso.

Las repisas naturales ofrecen un poco más de libertad que las hamacas. Nos podemos mover sin incordiar al compañero y podemos emplear el cuarto de baño sin hacer malabarismos. La reunión ha de ser capaz de proteger a toda la cordada y el equipo, aunque nos movamos de un lado para otro (foto 16, vivac en repisa con reunión y material). Nos mantendremos siempre atados a la reunión, incluso cuando dormimos. El arnés lo limpiaremos de material para que sea más confortable.En ocasiones es incluso una ventaja bajarse un par de largos y dejar las cuerdas fijas si con ello podemos disponer de una buena repisa (foto 17, vivac en repisa).

Las hamacas ofrecen más libertad a la hora de escalar en una gran pared. No tenemos que esperar a terminar el largo o a alcanzar la repisa. Simplemente la montamos a nuestra conveniencia. Es más peso que añadiremos al conjunto, pero a veces será la única opción. Es conveniente fijar bien las hamacas, tanto por encima como por debajo, sobre todo si las condiciones atmosféricas son duras. Elegiremos zonas protegidas de caída de piedras, hielo o agua. Debajo de techos encontraremos la mejor protección. Una vez en la hamaca es importante comunicarse con el compañero cada vez que nos movemos para utilizar el baño o coger algo en el petate, de lo contrario crearemos un efecto “columpio” no muy agradable.

En ambos casos podemos disponer de una pequeña tienda muy útil en escaladas invernales o en aquellas con expectaciones de mal tiempo.

NÚMERO DE MIEMBROS DE LA CORDADA

Una cordada de dos escaladores es sencilla y se mueve rápido en pared. Como hemos visto, el primero escala, fija la cuerda para el segundo y éste limpia el largo mientras que el primero iza el petate. Así largo tras largo (foto 18, subiendo en pared). Incluso si el primero llega a la reunión con cuerda suficiente puede empezar el siguiente largo autoasegurado mientras el segundo sube limpiando el largo. Una manera de ganar un poco de tiempo.

No obstante, una cordada de tres miembros puede moverse con más rapidez que una cordada de dos. Para ello será necesario disponer de una cuerda de escalada extra y un poco más de material. El proceso puede ser el siguiente, con algunas variaciones:

- El primero llega a la reunión y fija la cuerda de escalada. Al mismo tiempo fija también la cuerda del petate.

- El segundo empieza a subir por la cuerda de escalada limpiando el largo. El tercero sube directamente a la reunión con un poco de material extra y la tercera cuerda.

- Una vez que el tercero llega a la reunión puede empezar a asegurar al primero. Si es posible también comenzará a subir el petate, siempre y cuando no ponga en compromiso la seguridad de asegurar al primero. Cuando el segundo alcanza la reunión puede enviarle el resto del material al primero a través de la cuerda auxiliar y al mismo tiempo ayudará con la subida del petate (foto 19, cordada de tres: subiendo por la cuerda de escalada y cuerda auxiliar).

- Y así sucesivamente.

En una cordada de tres escaladores se reparte mejor el trabajo, las conversaciones sociales son un tanto más amenas y los quehaceres diarios son más llevaderos. Eso sí, requiere práctica y coordinación.

La escalada en grandes paredes es un reto, un sueño, una aventura…

Aquí os hemos ofrecido un conglomerado de técnicas y trucos al alcance de todos, y hemos revisado un pequeño trozo del pastel del vasto mundo de las grandes paredes. Existen cantidad de trucos y técnicas que solo la práctica puede darnos. Con seguridad y calma podremos llevar a cabo con éxito esos sueños que tanto anhelamos.

Texto y fotos: José Carlos Iglesias, Guia de montaña UIAGM y profesor de la EEAM
Fotografías realizadas en el Capitan (Yosemite) y las Fisher Towers (Utah)


La instalación de cuerdas fijas siempre es una tarea complicada














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