Alessandro Lamberti en “Hugh” (9a) |
Las bases teóricas, todas inducidas de la experiencia, tienen una importancia enorme e influencian continuamente la práctica de la escalada. Estas son la fuerza, la técnica y el estado mental. Os propongo entonces cuatro artículos (dos sobre la fuerza, uno sobre la técnica y otro sobre la mente) que describirán los aspectos principales de tales bases.
La pliometría
Punto fuerte de mi sistema de entrenamiento, aunque para algunos también su límite, es su marcado empirismo. Todo, ciertamente, comienza con la experiencia y cualquier trabajo válido se avala por los datos recogidos sobre el terreno, aunque de ahí luego emprende el vuelo. A causa de la casi ausencia de trabajos teóricos deductivos sobre la escalada y sus movimientos, me he visto obligado durante años a experimentar sobre mi propia piel entrenamientos inútiles, otros dañinos y, a veces casi por casualidad, algunos exitosos.
Exactamente esto ocurrió con los “rebotes” y los lanzamientos. Empecé a hacerlos y a mandarlos hacer como un juego, era divertido y pensaba que podrían mejorar la coordinación. Luego vi además que también la fuerza aumentaba. Comencé a probar innumerables tipos de ejercicios: con uno y otro brazo alternados, con los dos brazos a la vez, con un solo brazo que lanza, cayendo de golpe hacia abajo y luego saliendo de nuevo hacia arriba, lanzando sólo “a tocar” sin cogerse para luego caer y amortiguar la caída, lanzamientos largos de presa buena, lanzamientos cortos desde presas asquerosas, escalando sobre el muro con una sola mano…
Lanzamiento a dos manos |
Aquel año hice mis primeras ocho tracciones seguidas con un solo brazo sin haber nunca entrenado específicamente ese ejercicio. Algunos de estos ejercicios que yo he inventado hoy son hechos por muchos sin saber los riesgos que corren si no los realizan con la suficiente cautela. No niego que estos ejercicios puedan haber surgido en otros lugares del mundo, pero yo nunca estuve en contacto con nadie que los hubiera intentado o concebido. Lo que es seguro es que yo no los he copiado de nadie.
En realidad, no he hecho otra cosa que proponer un entrenamiento que en parte estaba ya muy en boga en otros deportes, sobre todo para los miembros inferiores. Algunos lo llamaron pliometría.
Partamos de un poco más atrás. Para hacer un gesto atlético se utiliza energía. Esta es energía bioquímica producida en la contracción muscular. Si se transforma en movimiento y, por tanto, trabajo se llama contracción concéntrica (si el trabajo producido es positivo) o contracción excéntrica (si el trabajo es negativo). Si hay contracción y por tanto desarrollo de energía pero sin movimiento, se llama contracción isométrica: la energía bioquímica de la contracción no se transforma en energía cinética y trabajo, sino que se disipa en calor.
Así, cuando una contracción concéntrica es precedida inmediatamente por una excéntrica, se desarrolla un ejercicio pliométrico.