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Luces de Montaña; Pasión por la fotografía. Por Javier Camacho Gimeno

Guía y consejos para fotógrafos de montaña, por Javier Camacho Gimeno
Hace ya muchos años, el fotógrafo y alpinista Javier Camacho Gimeno escribió un reportaje para Barrabes titulado “Fotografía de Expedición”. En él daba muchos consejos, exponía sus excelentes imágenes, y explicaba su forma de trabajo.

Pero el tiempo pasa, y todo cambia: entre aquellos incipientes años del digital y estos en los que vivimos ha acontecido un inmenso cambio tecnológico que ha afectado muy directamente a la fotografía.

Así que le pedimos que escribiera de nuevo un artículo para nosotros, partiendo de cero, haciendo hincapié tanto en la fotografía de expediciones como en la de montaña en general.

Accedió a la petición, y aquí tenéis el resultado. Esperamos que os guste, y que os sirva de ayuda en estas dos pasiones que suelen ir unidas: la montaña y la fotografía.

Valle de Pineta, Olympus OMD em1 MKII, Zuiko 12-40 2.8 PRO, 1/1000 sg, f/6.3, iso 200

LUCES DE MONTAÑA

Texto y fotos: Javier Camacho Gimeno

Mucho ha llovido ya desde que el gran alpinista y fotógrafo Galen Rowell publicara su libro de fotografía "Luces de montaña", sin duda alguna una referencia imprescindible para todos los que amamos los paisajes alpinos y, sobre todo, para los que sentimos pasión por la fotografía.

Por aquel entonces éramos muy pocos los que madrugábamos acarreando todos nuestros trastos fotográficos con la "simple ilusión" de subir corriendo hasta el balcón de Pineta en busca de una imagen y una luz soñada, (el reflejo al amanecer del Monte Perdido con su impresionante Cara Norte), o la "imagen perfecta" que incluyera en su encuadre la bella cascada de Aigualluts, con el rey de los Pirineos al fondo, levemente acariciado por las primeras luces del amanecer.

A nadie se le escapa que todo ha cambiado mucho desde entonces, sobre todo con el “boom” de las cámaras digitales, y hoy es fácil encontrar a muchos "cazadores de luz" buscando los emplazamientos más bellos e impactantes bañados por las luces de montaña más espectaculares.

Llevo más de 35 años haciendo fotografía de montaña, y hace mucho tiempo que ascendí todos los tresmiles del Pirineo, montañas que conozco como la palma de mi mano. Este conocimiento me permitió descubrir las localizaciones más impactantes y fotogénicas de esta bella cadena montañosa que me vio crecer. Fue el principio: de allí di el salto a los Alpes, y a otras montañas mucho más altas: paisajes inolvidables como el Kilimanjaro, Denali, Alpamayo, Aconcagua, Elbrus, Shivling, Ama Dablam y Khan Tengri, entre otras.

Hasta que finalmente llegó el momento, y se cumplió el sueño de fotografiar y ascender aquellas impresionantes montañas que “tocan el cielo”; en 2007 fui a intentar mi primer ochomil, el Cho Oyu, cumbre que logré sin oxígeno artificial. No fue el único: después llegaron tentativas al Manaslu (8.051m), el Makalu (8.481m), hasta que alcancé sin oxígeno de la 4ª cumbre más alta del planeta: el Lhotse (8.516m), y finalmente, este año 2018, la cumbre del Everest (8.848m). Durante todo este tiempo, y en todas mis expediciones, he combinado la pasión por la montaña con mi otra gran pasión, la fotografía, hasta el punto de hacerlas inseparables, y no saber en dónde empieza una y en dónde termina la otra.

A través de este artículo, voy a intentar daros unos cuantos consejos o trucos para que consigáis llevaros con vosotros esos bellos instantes que experimentáis en vuestras excursiones, y podáis atrapar la magia que emana de la montaña.

1. Localizaciones

Sin duda alguna, uno de los factores más determinantes a la hora de conseguir espectaculares fotografías de montaña es el conocimiento de las localizaciones más bonitas y sus orientaciones.

Normalmente no hace falta subir hasta lo más alto de una montaña para lograr una gran imagen, más bien al contrario: las mejores fotos se encuentran abajo, en la base de la misma, y cuanto más conozcas una zona y sus posibilidades fotográficas, más fácil te resultará encontrar las localizaciones para las mejores fotos.

Esta foto la hice en Benasque, uno de los lugares más fotogénicos y con mayor concentración de "incunables" de todo el Pirineo, (Aigualluts, Ibones de la Renclusa, de Batisielles, etc.), por poner unos pocos ejemplos entre otros muchos espectaculares lugares.

Benasque, Aigualluts. Olympus OMD em1 MKII, Zuiko 12-40 2.8 PRO, 40 sg, f/2.8, iso 800

Cuando llego al campo base de una gran montaña, o a una nueva zona, suelo emplear bastante tiempo, sobre todo los primeros días, buscando localizaciones o composiciones cercanas, para que cuando llegue el momento más propicio para hacer la foto -por luz, condiciones, etc.- pueda ir a "tiro hecho".

2. Aplicaciones

Para elegir la localización, hoy en día uno se puede apoyar mucho en aplicaciones como Google Maps para "visitar" virtualmente el lugar antes de ir al mismo, obteniendo información sobre las posibilidades fotográficas, la orientación de las mismas, etc...

También pueden consultarse por internet imágenes del lugar o montaña que vayamos a escalar.

Otro factor importante es el estudio previo de las condiciones metereológicas, y en este momento hay mucha información sobre ellas en la red, tanto en páginas como en APPs.

Normalmente suelo mirar las previsiones metereológicas por internet antes de ir a un lugar a hacer foto: un cielo sin ninguna nube aporta muy poco en fotografía de paisaje, o un día con mucho viento imposibilita la búsqueda de reflejos de montañas en los lagos. Además de, por supuesto, la vital importancia que la meteo tiene para nuestra seguridad en montaña.

Pero no siempre se mira la meteo para evitar el mal tiempo: en otras ocasiones busco días de tormentas o ventiscas si lo que quiero es mostrar la dureza del entorno de montaña, el de su actividad en la misma, o el de la determinación de los alpinistas luchando contra las inclemencias del tiempo. Al final del artículo encontraréis un buen ejemplo de esto.

Expedición Everest 2018. Olympus OMD em1 MKII, Zuiko 14-42 2 IIR, 1/2000 sg, f/7.1, iso 200

Existen muchas Apps para móvil que ayudan mucho a los fotógrafos. Una muy buena es Photopills. Esta aplicación puede convertirse en fundamental en la fotografía de montaña y naturaleza, ya que no sólo nos indica horas solares, amanecer, ocaso, lunas, vía láctea, de la posición que elijamos, sino que además permite planificar desde el mapa.

Es decir: podemos situarnos en el mapa u ortofoto en el lugar al que vamos a ir, y podremos ver el lugar y hora exacta por el que se pondrá el sol, en donde se encontrará la luna a cada momento, dirección de la vía láctea, etc.

Así podremos saber, antes de ir, desde dónde, en qué dirección y a qué hora tendremos que realizar las fotos en las que queramos que aparezcan estos fenómenos, y desde qué lugares podremos combinarlos con los elementos terrestres que queramos fotografiar. No es solo útil para la montaña: por ejemplo, nos permitirá elegir la cala exacta -de todas las que hay en una zona- desde la que se verá la luna ocupando el centro del horizonte marino, y el momento exacto en el que lo hará, etc. Una gran ayuda para la planificación de fotografía nocturna.

Y es que tenemos que saber que, para conseguir una buena foto, no basta con una buena localización. Otro factor esencial es la luz.

3. Luz

Normalmente, y salvo excepciones en las que busquemos otros efectos (nieblas, sombras muy pronunciadas con contraluces, etc), las mejores luces para paisaje se dan en las primeras y últimas horas del día, con los cálidos colores del amanecer y del atardecer contrapuestos a los fríos azules de la montaña.

Quizás no haya que ser tan radical, pero hay fotógrafos de naturaleza que afirman que jamás han hecho fotos en las horas centrales del día. Es uno de los grandes secretos de la fotografía de naturaleza: no sólo hay que elegir el lugar, también la luz. Fotografiado a las 2 de la tarde, con sol duro, puede perder toda su magia.

Esto supone madrugar mucho, o bien pasar largas horas de exposición al frío nocturno. Pero merece la pena. Aunque en mi última expedición, en el Everest, esto me provocó una gran faringitis que me obligó a descender unos días a la civilización, y a modificar posteriormente todos mis planes.

Aneto desde Maladeta, Olympus Omd em5 MK II, Zuiko 12-40 2.8 PRO, 1/25 sg, f/2.8, iso 400. Portafiltros Lucroit 100 mm y filtro degradado HQ 3 pasos suave

A mí me gustan más los atardeceres que los amaneceres porque, justo antes del anochecer, viene lo que los fotógrafos llamamos "hora azul". Es ese momento en el que las cumbres de las montañas, sobre todo en invierno y con nieve, reciben las últimas luces del día, una vez ya ocultado el sol, tiñéndose todo de color azul. Además, en ese momento la temperatura de color del cielo es la misma que la de la luz artificial (ese tono azul eléctrico del cielo...), lo que permite combinar ambas de múltiples maneras de formas muy estéticas (tono frío cielo frente a tono cálido de luz artificial nocturna, con misma temperatura de color).

Y hay más: si te gusta la fotografía nocturna, después viene la noche: el cielo se llena de estrellas y al no haber mucha contaminación lumínica, las fotos pueden ser excelentes.

4. La Composición

Sin duda, uno de los factores más importantes a la hora de hacer una buena fotografía es la composición. Con buena luz y bellas localizaciones se hace una foto agradable, pero no una buena foto: falta el ojo del fotógrafo.

Una foto con una buena composición siempre será mucho mejor que una que tenga una composición floja, a pesar de que tenga buenas luces. Para ello hay unas cuantas reglas básicas que -sobre todo al principio- interesa seguir siempre que se pueda.

  • Regla de los tercios: normalmente hay que dividir la foto en 3 partes, horizontales y verticales y colocar el cielo en el tercio superior si le queremos dar predominancia al suelo o en el tercio inferior si por ejemplo hay unas nubes muy bonitas al atardecer o amanecer.
  • Aquellos elementos que queremos que se vean mejor (alpinistas etc) hay que colocarlos si es posible en las uniones de los tercios, que es donde se va la vista de aquel que está viendo la imagen.
  • Seguimiento de unas líneas maestras imaginarias que nos inviten a recorrer la fotografía desde el primer término en una de sus esquinas, hasta el final de la imagen, colocando varios elementos en distintos planos aportando gran profundidad de campo, o creando simetrías que le aporten a la foto un plus.
  • Composiciones simples, con pocos elementos en la misma que compitan entre si y que despisten al espectador del mensaje que quiere transmitir el fotógrafo, como por ejemplo la grandeza de la naturaleza con respecto a lo pequeño que es el ser humano en la montaña.
  • Evitar que las personas se superpongan cuando haya varias en la imagen.
  • Búsqueda de reflejos en los paisajes que refuercen la belleza del mismo, como por ejemplo el reflejo de montañas sobre lagos o ibones al amanecer o al atardecer.

Mi equipo fotográfico

1. Sistemas y cámaras

Otro de los factores más importantes para hacer fotografía de montaña es el material fotográfico que utilizamos.

Hoy en día prácticamente todas las cámaras fotográficas digitales de nivel medio/alto ofrecen unas prestaciones suficientes como para abordar cualquier tipo de paisaje. Pero los montañeros y alpinistas tenemos el hándicap del peso y el espacio.

En mi caso, después de haber pasado por varias marcas y sistemas en cuanto a tamaño del sensor (APS C, Full Frame), la experiencia me ha demostrado que, para este tipo de fotografía, el mejor sistema es el "Micro Cuatro Tercios" sin espejo o "Mirrorless", porque ofrece la que creo que hoy en día es la mejor relación calidad/peso/espacio, y me permite llevar siempre conmigo las lentes que necesito, sin perderme ninguna foto.

Esto es algo importante con este sistema: el cuerpo de las cámaras es más pequeño y ligero, pero la mayor diferencia está en los objetivos. Son de una calidad excepcional, tanto o más que los “grandes” pero, debido a la distancia focal, su tamaño es mucho menor, de igual forma que -por su distancia focal-, los objetivos de las Leica M de visor directo eran aproximadamente la mitad de grandes en largo y ancho que los de una cámara reflex.

Khan Tengri, Olympus Omd em5 MK II, Zuiko 12-40 2.8 PRO, 1 sg, f/2.8, iso 400

Es quizás la ventaja de este sistema sobre otros mirrorless, como el de Sony, que tiene la ventaja de ser Full Frame en un cuerpo pequeño, pero sus objetivos son más grandes.

Actualmente, en mis salidas fotográficas, tanto por Pirineos como en mis últimas expediciones a los Andes, al Tian Shan o durante las últimas cumbres en el Lhotse o al Everest, estoy utilizando una Olympus OMD em5 MKII y una OMD em1 MKII. Elegí este sistema, lo probé, lo compré, y tiempo después, viendo las fotografías, Olympus me ofreció la posibilidad de ser fotógrafo visionario de la marca.

Este tipo de cámaras de reducido peso y espacio me ofrece la suficiente calidad como para abordar cualquier tipo de paisaje o situación en montaña, y además me aporta fiabilidad en situaciones extremas en cuanto a frío y humedad, ya que su cuerpo está perfectamente sellado, prestación que normalmente solo se encuentra en las grandes y pesadas cámaras fotográficas profesionales de otros sistemas como el full frame de sensor completo, donde se incrementa mucho el precio y se reduce mucho su portabilidad.

Por otra parte me gusta el sistema de estabilización en el cuerpo de las cámaras Olympus, sin duda el más avanzado del mercado, lo que me permite hacer fotos a pulso sin que salgan trepidadas con hasta 1 ó 2 segundos de exposición, algo fundamental en altura cuando no podemos llevar trípode.

Además como una buena parte de las fotos que hago son paisajes, en las que busco una gran profundidad de campo y que tanto el primer término como el fondo salgan enfocados, este sistema me viene de "perlas", ya que a igual diafragma se obtiene el doble de profundidad de campo: un diafragma de f/2,8 equivale a un f/5,6 en cuanto a profundidad.

Y, para los amantes como yo de la fotografía nocturna, incorporan una gran ayuda -que me encanta- a la hora de realizar las fotos nocturnas: sus modos "Live Time" y "Live Composite". El "Live Time" es un modo de exposición en el que podemos ver en tiempo real en imagen y sobre el histograma como está quedando la imagen, según transcurre el tiempo de exposición, por lo que podemos ir viendo el resultado de la foto y pararla en el momento exacto que queramos, evitando que salga subexpuesta o sobreexpuesta.

Everest. Vía Lactea y luces de los alpinistas que ascienden por la Cascada del Khumbu. Olympus Omd em1 MK II, Zuiko Fisheye 8mm 1.8 PRO, 38 sg, f/1.8, iso 1600
Pero la magia viene con el "live composite". Es un modo de exposición similar al anterior, en el que se hace una foto con los parámetros que establezcamos, y luego dejamos a la cámara haciendo fotos automáticamente, sumando a la imagen inicial solo las luces que cambian, y manteniendo sin sobreexponer las que ya están registradas. Este modo es muy interesante para "Light Painting", para captar rayos, o para circumpolares o nocturnas con tiendas de campaña iluminadas, evitando que las luces fuertes nos salgan sobreexpuestas.

Podéis ver un buen ejemplo del funcionamiento del Live View en la foto de Ordesa del final del reportaje, con las estrellas girando alrededor de la Estrella Polar.

La elección del equipo es algo personal, y cada cual tendrá que valorar. En mi caso, si bien cuando trabajaba con Full Format conseguía grandes resultados, la incomodidad de cargar el pesado y voluminoso equipo en actividades alpinas me hizo cambiar de sistema. No sólo por incomodidad y seguridad (si la llevamos colgada, puede desequilibrar en momentos complicados), y porque a veces, sobre todo en expediciones, este peso puede suponer la diferencia entre hacer cumbre o no, sino porque me di cuenta de que perdía fotos porque en algunas situaciones, por este peso y volumen, no cargaba con la cámara, o no la llevaba a mano, o no podía cargar con todos los objetivos necesarios.

Es evidente que la elección de quien haga fotos de naturaleza en lugares cercanos al vehículo, en actividades cortas, y no técnicas, quizás sea otra.

Para mí, como montañero y alpinista, la relación perfecta calidad/peso/espacio/usabilidad la tiene este sistema. Con cámaras más grandes pierdo comodidad, seguridad y fotos, Con cámaras más pequeñas, de 1’’ de sensor, se gana comodidad, pero para mí ya se cruza el límite inferior de la calidad, además de la poca polivalencia de lentes.

2. Objetivos

Los objetivos que utilizo normalmente son, un zoom profesional estándar que llevo prácticamente "soldado" a la cámara, el Zuiko 12-40 PRO 2.8 , equivalente a un 24-80, sellado contra la humedad y el frío. Este objetivo lo sustituyo cuando subo por encima de los 7000 metros por un Zuiko 14-42 EZ que no tiene tanta calidad óptica ni luminosidad, aunque cumple muy dignamente, pero pesa 90 gr y prácticamente no ocupa nada, (de hecho tan solo "sobresale” 2 cm de la cámara cuando se encuentra recogido).

Por comparar, este objetivo 12-40 PRO 2.8 focal fija mide 84mm y pesa 382 gramos, frente a los 800-900 gramos y 120mm de un 24-80 2.8 full format.

Alpamayo, puede verse una cordada ascendiendo. Olympus OMD em5 MKII, Zuiko 12-40 2.8 PRO, 1/6 sg, f/2.8, iso 400

También llevo un zoom teleobjetivo Zuiko 75-300 II que equivale a un 150-600 mm, cuyo peso ronda los 400 gr, algo impensable en otros sistemas, en los que una lente así puede llegar a los 2.500 gramos. Últimamente esta lente viene conmigo casi siempre, ya que cada vez hago más fotos con el teleobjetivo y tiro menos de gran angular.

Empleo un zoom gran angular, el zuiko 7-14 PRO 2.8, equivalente a 14-28 mm, sellado contra las inclemencias metereológicas y el polvo y de gran utilidad para fotografía nocturna. Lo sustituyo por un Zuiko 9-18 cuando lo que quiero es la máxima ligereza y portabilidad (150 gramos y 50mm) .

Cuando pretendo fotografiar la vía láctea, a veces también uso un ultra luminoso Zuiko 8 mm Fisheye PRO 1.8, como en la fotografía del Everest situada más arriba, en la que puede verse la Vía Lactea y las luces de los alpinistas que ascienden por la Cascada del Khumbu.

3. Filtros y portafiltros

Dado el gran "rango dinámico" o diferencia entre las altas luces y las sombras que suele haber en los paisajes de montaña al amanecer o al atardecer, desde siempre me ha resultado imprescindible para hacer fotos el sistema de porta-filtros de 100 mm de Lucroit, que es bastante ligero y de reducido tamaño.

Khan Tega, Olympus Omd em1, Zuiko 12-40 2.8 PRO, 1/6 sg, f/11, iso 100. Portafiltros Lucroit 100 mm y filtro degradado HQ 3 pasos suave

Con él uso al menos un filtro degradado de transición suave de 3 pasos (Lucroit HQ, de gran calidad óptica), que me ayuda a compensar esas grandes diferencias de luz entra la parte alta de la fotografía, (normalmente cumbres nevadas donde incide la última luz del dia) y la parte baja de la imagen, (valles oscuros o en penumbra).

Es verdad que, debido al alto rango dinámico de las cámaras actuales, y a las posibilidades de recuperación de sombras y luces que ofrece el formato RAW, este tipo de filtros -antaño fundamentales-, son menos usados. Pero el resultado final con ellos en el objetivo es natural y excelente, -evitamos ese ruido que, por imperceptible que sea, siempre sale algo al levantar las sombras en un raw- y en muchas ocasiones, si buscamos la máxima calidad, insustituibles.

Modos de trabajo

Creo que es muy importante que cada uno se cree sus propios modos de trabajo mecánicos, que simplifiquen las maniobras y nos permitan realizar fotos en cualquier momento y con gran rapidez. A veces las fotos pasan rápidamente delante de nosotros y tenemos que ser capaces de captarlas, otras estaremos en situaciones complejas en montaña que no nos permitan parar a pensar, y para conseguir buenas fotos en esos momentos es importante estar muy familiarizado con la cámara que utilizamos.

Expedición Lhotse, Khumbu. Olympus Omd em1 MK II, Zuiko 7-14 2.8mm PRO, 1/1250 sg, f/7.1, iso 200

Yo suelo trabajar en el modo semiautomático con prioridad a la apertura "A", de forma que la cámara mide automáticamente la luz seleccionando automáticamente la velocidad según el diafragma seleccionado. Esto me permite controlar perfectamente la profundidad de campo, y elegir el “punto dulce” de los objetivos (en un 2.8, suele estar entre 6’3 y 8, pero varía en cada caso. Es mejor hacer pruebas para encontrarlo).

Tengo siempre el histograma a la vista en la pantalla para ver la distribución de los pixeles en función de su luminosidad y suelo sobreexponer o subexponer manualmente la foto en función de ese histograma.

Por supuesto, utilizo el formato RAW, revelando posteriormente la foto.

Cómo se hicieron

Finalmente os voy a dejar con 3 fotos muy especiales para mi, explicando como las hice.

1. Ordesa, Cañón de Añisclo

La imagen es una fotografía nocturna realizada en la zona del cañón de Añisclo.

Se trata de una larga exposición de 30 sg efectuada con el modo "Live composite" de la Olympus OMD em1 MKII y el ojo de pez 8 mm 1.8 PRO. Con este modo se hace una fotografía base, en este caso de unos 30 sg, para no quemar las luces de la tienda de campaña, que ilumino desde dentro con un frontal sobre el que coloco la funda de la tienda para conseguir que se difumine la luz y la tienda quede uniformemente iluminada. Después la cámara hace múltiples fotos durante el tiempo que elijamos, en este caso 20 minutos, en la que solo se suman a la primera imagen las luces nuevas o que cambian, como es el caso de la luz de las estrellas en una larga exposición, debido a la rotación de la tierra.

Ordesa. Olympus Omd em1 MK II, Zuiko Fisheye 1.8 PRO, 30 sg, f/1.8, iso 800

En este caso, al buscar la orientación de la estrella polar, el movimiento de los astros forma una circunferencia sobre esta estrella, que queda situada en el mismo centro. En todo momento ves a tiempo real en pantalla y en el histograma el resultado, (tanto en el live view como en el live composite la imagen va apareciendo en pantalla según capta la luz, poco a poco, a tiempo real, de manera similar a cuando revelábamos fotos en la cubeta del laboratorio), y puedes finalizar la foto cuando esté a tu gusto, dependiendo de la longitud que queramos conseguir en el trazo de las estrellas. La cámara crea un solo raw con el resultado final.

Normalmente, en este tipo de fotos, siempre coloco en primer término una tienda de campaña de color rojo o naranja para crear un contraste entre colores: el frío de la noche en la montaña y el calor del refugio de la tienda.

2. Sistema Ibérico

Hacía mucho tiempo que buscaba esta foto, por lo que subí varias veces ese invierno a la localización, en la que sabía que el frio intenso y el increíble viento que suele hacer crean estas bellas formaciones congeladas.

Elegí un día en el que las previsiones metereológicas indicaban muy mal tiempo, para tratar de transmitir esa voluntad inquebrantable de los alpinistas en busca de su sueño, de su cumbre, luchando contra las inclemencias del tiempo hasta el límite.

S. Ibérico, cumbre del Moncayo. Olympus Omd EM1 MKII, uiko 7-14 2.8 PRO 1/1250 sg, f/6.3, iso 200

Pasé un buen rato en la cumbre esperando a que subiera algún alpinista para que cuando se colocara al lado de la formación pudiera fotografiarlo humanizando el paisaje y dimensionando la formación helada.

Finalmente ascendió este desconocido montañero, pero apenas estuvo en la cumbre unos segundos, y se bajó sin darme tiempo a hacerle una foto en la posición que yo deseaba. Pero la suerte estuvo de mi parte: después de un rato volvió a subir, ya que no encontraba entre la ventisca el camino de bajada. Yo tenía el track del recorrido en mi gps, así que le pedí que posara para la imagen, ofreciéndole bajar juntos después.

Las condiciones en las que hice la foto eran muy duras puesto que tenía que estar limpiando con mucho cuidado el frontal de la lente, que se escarchaba continuamente debido a las extremas temperaturas.

Utilicé el ultra gran angular Zuiko 7-14 2.8 PRO para situarme muy próximo, casi encima de la formación helada, dándole el mayor protagonismo posible, a la vez que hacía más pequeño al sujeto que posaba cerca de ella, distanciando los planos a pesar de la cercanía entre ellos.

3. Lhotse

En alta montaña es bastante difícil encontrar el equilibrio justo en el material que se sube para no hacer esfuerzos excesivos que podamos pagar a posteriori, y a veces hay que sacrificar ciertos elementos como el trípode para hacer fotos con poca luz. Esta foto sería impensable en cualquier otro sistema que no fuera el micro cuatro tercios y con un estabilizador de imagen como el que tiene la Olympus OMD em1 MKII, puesto que está hecha a pulso a 2 segundos de exposición con una distancia focal de 28 mm, resultando una foto no movida y sin trepidación, a pesar de la larga exposición.

Expedición Lhotse. Olympus Omd EM1 MK II, Zuiko 14-42 2 IIR , 2 sg, f/3.5, iso 800

Es una foto hecha en el campo 2 del Lhotse, a unos 6300m de altitud, en el transcurso de la expedición en la que logré alcanzar, sin uso de oxígeno artificial, la cumbre de esta bella montaña que puede verse en el centro de la foto.

Como decía antes, me gusta introducir en este tipo de fotos tiendas de campaña en primer término para humanizar el paisaje a la vez de que se le aporta mayor profundidad y un contraste de colores rojos o cálidos con azules y fríos.

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Comentarios

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1 comentario

1. Marcos Molina - 06 Nov 2018, 09:16
Apreciado Javier, Gracias por tu artículo y las inmensas fotos que que me dejan sin aliento y me inspiran profundamente. Lo que fuera el no va más en 2005 es hoy un lastre en montaña. Sigo con mi Canon full frame, pero decidido a pasarme a Olympus por ligereza, avanzadas prestaciones e increíbles posibilidades creativas... en cuanto mi presupuesto me lo permita. Un fuerte abrazo. Marcos.

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